Con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria en el contexto actual de pandemia Covid-19 y reforzar los sistemas de producción y distribución de alimentos para atender la crisis sanitaria mundial, las autoridades de la Cancillería mantuvieron hoy una reunión en forma virtual con Carmelo Gallardo, nuevo representante en la Argentina de FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). «Argentina ha apostado siempre a ser no sólo un proveedor de alimentos sino también a apoyar la seguridad alimentaria. Tenemos en claro que el COVID ha tenido un impacto muy grande en las economías en general, y particularmente se va a sentir mucho más en los países de economía de renta media. Hay mucha gente que empezó a engrosar los niveles ya de por sí altos de pobreza, y esto tiene un impacto muy grande en la parte alimentaria y en la actividad agropecuaria», aseguró el secretario de Relaciones Exteriores Pablo Tettamanti, acompañado por el Secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme, y por el Jefe de Gabinete de la Cancillería, Guillermo Justo Chaves. Al inicio de la reunión, Chaves transmitió a Gallardo los saludos y la bienvenida del Canciller Felipe Solá, al tiempo que Tettamanti garantizó la predisposición del Gobierno para trabajar activamente en la realización de la Cumbre de Sistemas Alimentarios, convocada por el Secretario General de las Naciones Unidas para 2021, y en la que la Argentina es miembro del Comité Asesor. Por su parte, Jorge Neme consideró «muy importante la cooperación de la FAO para la Argentina», y se refirió a la necesidad de «avanzar en una definición clara de proyectos, especialmente para las provincias, que solucionarían problemáticas de medio ambiente y desarrollo local». «Para el proceso que inició el gobierno argentino de reconstrucción del tejido social y productivo, la contribución de FAO puede ser muy importante, tanto para afianzar la seguridad alimentaria como, a través de la cooperación técnica, contribuir a la formulación de proyectos de inversión que apunten a recuperar el empleo, a cuidar el ambiente y a facilitar el desarrollo productivo en el sector agroindustrial», sintetizó Neme. El 1° de febrero pasado, el Presidente Alberto Fernández se había reunido en Roma con el Director General de la Organización, Qu Dongyu, con quien acordó trabajar en conjunto en el diseño de acciones para combatir el hambre y establecer una estrategia sostenible de seguridad alimentaria y nutrición en la Argentina, en particular en apoyo al Plan Argentina contra el Hambre. «En esa reunión quedó clara la voluntad política de la administración del Presidente Fernández de profundizar y darle un carácter prioritario a la cuestión alimentaria. El programa Argentina contra el Hambre es uno de los ejes iniciales de nuestras políticas públicas, luego de la herencia que recibimos, en términos sociales. Por supuesto, la pandemia trastocó alguna prioridad, y el Presidente puso como objetivo proteger la vida de las personas. A ese Plan se le sumó la política sanitaria, a través de generar infraestructura para evitar las consecuencias de la pandemia», afirmó Guillermo Justo Chaves. El jefe de Gabinete aseguró a Gallardo «el empuje político necesario de la Cancillería» y garantizó «el acompañamiento para lograr sinergia con las distintas áreas de gobierno con las que están trabajando la FAO». |