¿Ser parte de la solución o seguir mirando desde afuera? ¿Protesta, propuesta o ambas? ¿Está todo inventado o todo por reinventarse? Son solo algunas de las preguntas fundacionales para quienes se inician desde muy jóvenes en la política e intentan mejorar el mundo en el que vivimos. Están quienes desde temprano advierten que el cambio es colectivo, están los que no lo ven, y los que aseguran que brota de las crisis sociales. Los que sostienen que ya no hay nada nuevo y quienes creen que hay que modernizar conceptos e ideas. Más allá de las diferencias, cada uno tiene su origen en distintas doctrinas, o en líderes populares, o en la cosmovisión “propia” de un camino que recién se inicia. Tiempo reunió a referentes juveniles de tres espacios políticos bien diversos –un peronista, una trotskista, un libertario– para intentar contextualizar a través de sus opiniones la participación de las y los jóvenes en la política.

Tomás Lerner tiene 27 años, es estudiante de abogacía en la Universidad Nacional de Avellaneda, vive en La Boca y milita desde los 14. Su compu enciende con temas de Los Redondos, Viejas Locas y Callejeros. En 2008 fue el despertar de su participación política en La Cámpora, al tiempo que Cristina Fernández de Kirchner llegaba a la presidencia. Hoy es director de Organización Comunitaria en el Instituto Nacional de Juventud y secretario general de la Juventud Peronista de CABA. Está convencido de que la irrupción del kirchnerismo permitió un avance permanente de los jóvenes en la política y que eso tuvo un reconocimiento en el ámbito institucional, tanto en la gestión como en los parlamentos. “Creo que es un proceso que recién empieza y que se va a profundizar –dice–, no se trata de algo meramente testimonial sino de una decisión política de darnos lugar y no solo por una cuestión etaria, sino de compromiso, de visión política y de años de militancia”.

Tomás señala como sus banderas innegociables el rol del Estado y la construcción de la Patria Grande. “Me preocupa mucho la ‘espectacularización’ de la política, eso de no poder discutir los problemas de fondo, hay mucho dirigente hablando todo el tiempo para Twitter, para la polarización constante, y eso, creo, tiene un efecto negativo, provoca un alejamiento de la política de las nuevas generaciones”, sostiene. Respecto a la gestión de la pandemia, más allá del lugar molesto que debió ocupar al restringir actividades para resguardar la salud de la población, dice que el gobierno “demostró sin dudas que el peronismo es Estado presente, nos invitó a participar, a ser protagonistas, a construir nuevas conquistas y derechos, como lo hizo con el aborto legal, el aporte solidario de las grandes fortunas, y como lo seguirá haciendo con más políticas sociales y de empleo para los más jóvenes”.

A los 20 años, Tatiana Fernández Martí integra la Unión de Juventudes por el Socialismo (UJS), del Partido Obrero, y es presidenta del Centro de Estudiantes del Colegio Nacional Buenos Aires. Considera que en los últimos años creció mucho la juventud organizada en los barrios. “Y esto frente a una situación que es cada vez más difícil y que es responsabilidad del gobierno y de la derecha, de los que gobiernan y de los que gobernaron. Hoy en la Argentina, seis de cada diez chicos son pobres, y para la juventud, las condiciones de trabajo son cada vez más precarias”, dice. Señala que en el ámbito educativo, durante la pandemia “ningún gobierno garantizó dispositivos ni conectividad para seguir las clases”, pero destaca que eso despertó a la juventud para la militancia: “Hoy aparecen protagonizando la escena política los jóvenes de las barriadas y de las villas. Hubo una organización muy intensa durante los últimos meses, porque los jóvenes en los barrios tomaron estos reclamos en sus manos”. Tatiana destaca la participación de la juventud en lugares de decisión, pero lamenta que en muchos espacios de gestión buscan “maquillar” sus políticas mostrando a referentes jóvenes, “como si de por sí su inclusión significara una solución real para los problemas que sufrimos. Alberto Fernández puso referentes de la juventud en sus listas, pero eso no implica que haya políticas en favor de las y los jóvenes”.

Brian Maximiliano Corvalán se levanta temprano. Mientras prepara unos mates, de fondo se escucha Hermética o Almafuerte. Tiene 27 años, es técnico en Seguridad Pública y estudiante de Derecho en la UBA. Cree en la educación pública, “porque brinda muchas posibilidades, pero eso no significa –asegura– que todo el mundo pueda ir a la universidad pública, porque existen otros gastos. Una cosa es la gratuidad y otra el acceso”. Brian empezó a militar en 2019, en rechazo al debate en el Congreso sobre la legalización del aborto. “Lo que me motivó fueron un par de videos que vi por YouTube”, puntualiza. Actualmente es representante de la mesa directiva del Partido Demócrata (PD), y el encargado de relaciones internas de la juventud de la Provincia de Buenos Aires. “Los jóvenes que cambiarán el rumbo de Argentina hacia la derecha”, es el eslogan, y Brian lo reafirma con orgullo: “Nuestro partido es el más conservador. Nos diferenciamos mucho de Cambiemos, ellos no son ni siquiera de centroderecha, son más bien socialdemócratas”. El PD bonaerense se unió con Avanza Libertad, el espacio que lidera José Luis Espert. “El confinamiento nos perjudicó bastante a la militancia, que se basa en la presencialidad. Al principio no fueron erradas las medidas, pero después, mantener a la gente encerrada un largo tiempo, fue una locura, más cuando el gobierno no tenía un plan económico ni sanitario concreto”, argumenta. “Nosotros no tenemos nada que ver ni con el gobierno ni con el macrismo. Cambiemos dice que es de derecha, pero cuando gobernaron, todas sus medidas fueron socialistas, hasta les daban planes sociales a bolivianos y paraguayos. Por suerte –cierra Brian–, la juventud de nuestro partido está muy alejada de todo eso”.