La controversia por la privatización de hecho de miles de hectáreas de tierra en un lugar paradisíaco sumará un nuevo capítulo en los primeros días de febrero. Alrededor de cuarenta caminantes, entre gremialistas, legisladores, curas tercermundistas, ex funcionarios y militantes políticos, se disponen a iniciar la tercera travesía a pie hasta el Lago Escondido, a 40 kilómetros al norte de El Bolsón, provincia de Río Negro. Como en las dos ediciones anteriores, la expedición a través del camino público de Tacuifí -un sendero con bastante dificultad, de 20 kilómetros de extensión- se llamará Marcha Pacífica por la Reafirmación de la Soberanía.
El objetivo de la iniciativa será, otra vez, poner de manifiesto la apropiación particular de enormes extensiones de un paisaje de una belleza natural impactante, rodeado de bosques de cipreses, coihues y alerces, y un lago prístino en el que abundan las truchas. El responsable de esta situación es el multimillonario inglés Joseph Lewis, quien empezó a cobrar notoriedad tras adquirir, en 1996, 12 mil hectáreas de tierra alrededor del espejo de agua. Una de las primeras acciones de Lewis fue interrumpir el principal camino público al lago, lo que motivó un recurso de amparo ante la justicia provincial.
La organización de esta tercera edición de la marcha está a cargo de la fundación FIPCA (Fundación para la Cultura del Agua), que encabeza el ex marino Julio Urien. Teniente de fragata retirado, Urien sublevó a un regimiento de infantes de marina en el año 1972 para apoyar el regreso de Perón. El levantamiento, en plena dictadura de Alejandro Lanusse, fracasó: sus 60 integrantes fueron detenidos, los suboficiales y oficiales dados de baja. Urien, desde entonces reconocido en el peronismo, se define como un militar del pueblo.
En esta tercera marcha van a participar unas 40 personas. Va a ser representativa del ámbito político, social y sindical. También de las universidades: habrá científicos, especialistas en medio ambiente. Y gente de Vialidad Nacional, cuenta Urien en diálogo con Tiempo. La idea esta vez es estudiar el camino público, evaluar la sustentabilidad ecológica y la posibilidad de construir un puente sobre el río Foyel, agrega.
El inicio de la travesía está previsto para el sábado 3 de febrero. Un día antes se reunirá una comisión mediadora que se creó en septiembre pasado, por decisión de la jueza de El Bolsón, Erika Fontela, para prevenir situaciones de tensión en la disputa por el acceso al lago. En esa comisión están representados abogados de FIPCA, del magnate Lewis, representantes de la comunidad y propietarios de estancias cuyas tierras tengan contacto con el sendero público. Nosotros invitamos a la jueza a participar de la marcha, informa Urien.
Los caminos al paraíso
Para llegar al Lago Escondido hay tres alternativas. El camino privado, exclusivo de Lewis, sus invitados y los trabajadores de su empresa Hidden Lake, hecho de ripio: transitable para vehículos, ese sendero parte desde la ruta nacional 40, en el kilómetro 1948. La segunda opción es el llamado camino público de Tacuifí, cuyo itinerario en varios tramos está obstaculizado, tanto por tranqueras que bloquean el paso como por el deterioro -ex profeso- del único puente que atraviesa el río Foyel.
En relación con el camino público, el Supremo Tribunal de Justicia rionegrino ordenó al gobierno provincial que debe realizar las obras necesarias para garantizar su mantenimiento y uso frecuente. La travesía hasta el Lago Escondido cuenta también con una tercera vía de acceso: se trata de una exigente senda de montaña, de mucha dificultad, conocida como del Cajón Azul, que avanza por la orilla oeste del lago a través de los parajes El Retamal y Los Laguitos.
En marzo del año pasado, en la primera edición de la Marcha de la Soberanía, un grupo de 24 expedicionarios coordinado por Urien completó ese sendero en altura, cuya extensión es de 33 kilómetros. Querían comprobar en qué estado se encontraba. Sólo es transitable para deportistas entrenados o montañistas. Y es imposible para niños, niñas, adultos mayores y personas con movilidad reducida, denunció en aquel momento la comitiva de FIPCA.
En esta tercera travesía, entre los participantes habrá organizaciones locales de El Bolsón, vecinos de la comunidad andina, más una presencia significativa de legisladores provinciales y nacionales, científicos, delegados sindicales de portuarios, bancarios y estatales, representantes de pueblos originarios, posiblemente miembros del Grupo de Curas en Opción por los Pobres, entre otras personalidades. Nuestra movida es pacífica. Y tenemos toda la ley de nuestro lado, subraya Urien.
Hace unos días, el titular de FIPCA difundió una declaración que explica los ejes de la Marcha por la Reafirmación de la Soberanía. La acción expansionista de Lewis, apropiándose de surgentes de agua, concentrando inmensas extensiones de tierra, es el centro de las tensiones sociales en la región. Por eso las marchas irritan a algunos, a pesar del alto nivel de organización, el respeto y disciplina con que se llevan adelante. El éxito de estas iniciativas consiste menos en montar una travesía bucólica que en haber resuelto con diálogo contradicciones que parecían irremontables, dice el documento.