Como un coletazo del escándalo Lava Jato, que involucra a gran parte de la dirigencia política brasileña, uno de los mayores conglomerados empresariales que aquel país, Camargo Correa, puso en venta su unidad cementera, InterCement, propietaria en Argentina de las acciones de Loma Negra, otrora perteneciente a la fallecida Amalia Lacroze de Fortabat.
Si bien aún no hubo un anuncio oficial, el diario OGlobo publicó la información de que Camargo Correa, el segundo grupo más importante del país hermano, valuó esa unidad de negocios en el equivalente a 6470 millones de dólares.
No es la primera vez desde que estalló el caso que el holding familiar desliza la posibilidad de desprenderse de la cementera argentina con el objetivo de capear un temporal que se desató desde que salió a la luz el sistema de pagos ilegales realizados a través de la petrolera estatal Petrobras que puso en jaque al gobierno de Dilma Rousseff y ahora pueden terminar con la gestión de su sucesor, Michel Temer.
Tanto la principal implicada en esta trama de aportes no declarados a la dirigencia política, Odebrecht, como Camargo Correa y un puñado de otras empresas brasileñas vinculadas con la obra pública, constituyeron la burguesía nacional afín al gobierno del Partido de los Trabajadores, que con Lula da Silva llegó al poder en 2003. El beneficio de ese acercamiento estratégico fue el explosivo crecimiento hacia el exterior de estas multinacionales latinoamericanas. InterCement, por caso, es el segundo más grande productor de cemento en Brasil y el principal en Portugal, Mozambique y Cabo Verde.
En Argentina, con la compra de Loma Negra, también ocupa el primer lugar aunque en un mercado mucho más diversificado del que gozó Lacroze de Fortabat. La operación de venta se realizó en 2005 y el apoderado que gestionó el destino de los fondos -que sumó uos U$S 1025 millones- fue el ex ministgro de Hacienda del gobierno de Mauricio Macri, Alfonso de Prat Gay.
Lo cierto es que el escándalo Lava Jato preocupó a los directivos de Camargo Correa y de hecho fueron los primeros en aceptar someterse al procedimiento judicial de la delación premiada para atemperar la posible condena en su contra. La delación de un ex ejecutivo de la firma dio pie a que los medios brasileños pudieran reconstruir la ruta de lavado de dinero desviado desde Petrobras a través de entidades y cadenas «offshore» de más de una veintena de países.
Según la información de OGlobo, Camargo Correa ya recibió ofertas de compra de algunos de los grupos más grandes del mundo, entre las que destaca la mexicana Cemex, que busca extender sus tentáculos hacia el sur del continente. En estas semanas se supo que Cemex estaría dispuesta a participar de las licitaciones para la construcción del muro entre México y Estados Unidos que pretende hacer el presidente Donald Trump.