La industria automotriz argentina tiene cada vez menos peso en el mundo, según un informe de la consultora Invenómica que asegura que la incidencia cayó a menos de la mitad en apenas siete años.
La dura conclusión del estudio privado choca de frente contra la posición del gobierno sobre ese importante sector del complejo fabril local. La administración nacional se muestra activa, impulsa un plan sectorial para aumentar la producción a un millón de unidades por año e incluso bendice a las marcas como Fiat, que acaba de presentar un modelo nuevo que, según promete, tendrá un 55% de partes de fabricación nacional.
Sin embargo, el panorama real del sector automotriz parece distar seriamente del entusiasmo que abunda en el discurso presidencial.
Invenómica destacó que en 2017 la producción automotriz argentina no logró superar los cuatro años previos de caídas y se mantuvo a un ritmo constante en comparación con la actividad registrada en 2016.
La consultora hizo notar que la depresión de la industria argentina llama la atención en un marco internacional en el que la fabricación de vehículos se muestra pujante.
En 2017 la producción automotriz local representó alrededor de un 0,48% de la producción mundial, algo menos que el 0,5% de 2016 y menos de la mitad del 1,04% que llegó a alcanzar en 2011, graficó la fuente.
Claro que la apatía de las fábricas poco tiene que ver con la fiesta que viven los concesionarios. Tiempo vienen informando desde 2016 que el rol dominante de Brasil en la región y la displicencia del gobierno nacional para frenar las importaciones de autos y autopartes vienen afectando severamente la producción y el empleo locales.
Para Invenómica la caída en la producción está ligada más estrechamente a la evolución de Brasil, que recortó las compras de autos argentinos durante los años que duró la depresión de su mercado interno.
En 2017 los autos argentinos representaron tan solo el 6,2% de los patentamientos totales en Brasil, mucho menos que el 10,7% del año 2011. En sentido inverso, la representación de la producción de Brasil en otros mercados creció, a tal punto que en Argentina representó el 85% de las unidades importadas, de acuerdo a la fuente.
Invenómica también resaltó que existen variables domésticas que contribuyen a comprender esta realidad, entre las que se destaca la evolución reciente del tipo de cambio real.
Pero la dinámica de la producción automotriz como se describió es tan solo una parte de la problemática porque también es destacable el déficit comercial autopartista que, como informó ayer la Asociación de Fábricas de Componentes (AFAC), alcanzó un rojo de u$s 6.700 millones en 2017.
En este caso, Brasil tampoco será de gran ayuda: La reciente mejora en la coyuntura brasileña corregirá sólo parcial y temporariamente los problemas del sector. Una solución de fondo requerirá de medidas del sector público tendientes a reforzar el entramado productivo y necesariamente involucrará una redefinición en la relación comercial externa del sector, particularmente con Brasil, propuso la consultora.