El proyecto será debatido en un plenario de las comisiones de Energía y Combustibles y la de Presupuesto y Hacienda de la cámara baja-que conducen los oficialistas Omar Félix y Carlos Heller, respectivamente.
El encuentro fue citado en forma presencial para las 15, debido a que Juntos por el Cambio (JxC) no prestó su acuerdo para que ese plenario se efectúe en forma remota.
El dictamen se basa en el proyecto presentado por Félix y Marcos Cleri y busca reemplazar la Ley que estableció el Régimen de Promoción de Biocombustibles, que, luego de 15 años de implementación, fue prorrogada hasta el 12 de julio.
El dictamen de mayoría tendrá como puntos centrales los porcentajes de los cortes entre gasoil y biodiesel y bioetanol con caña de azúcar y con maíz, y otorga facultades a la Secretaria de Energía para subir o bajar esos porcentajes.
En ese sentido, el proyecto establece que se reducirá del 10 al 5% el corte obligatorio entre gasoil y biodiesel.
En el caso del combustible elaborado a base de caña de azúcar, los volúmenes deberán ser del 6% de la mezcla mínima obligatoria, mismo porcentaje establecido para el bioetanol a base de caña de maíz.
Otro punto del proyecto que genera debate es el artículo que establece que la Secretaría de Energía podrá “elevar el referido porcentaje mínimo obligatorio cuando lo considere conveniente en función del abastecimiento de la demanda, la balanza comercial, la promoción de inversiones en economías regionales y/o razones ambientales o técnicas”.
De forma inversa, el corte podrá reducirse hasta el 3% “cuando el incremento en los precios de los insumos básicos para la elaboración del biodiésel pudiera distorsionar el precio del combustible fósil en el surtidor, o ante situaciones de escasez de biodiésel por parte de las empresas elaboradoras”.
Otro punto del proyecto está vinculado con la sustitución de importación, al establecer que la autoridad de aplicación puede adoptar los medios para lograr ese objetivo con el “con el objeto de evitar la salida de divisas, promover inversiones para la industrialización de materia prima nacional y alentar la generación de empleo”.
En ese aspecto, la iniciativa fija que “las empresas elaboradoras de biocombustibles que decidan llevar a cabo el abastecimiento para dichas mezclas deberán garantizar la provisión de los productos en cuestión”, y que sino lo hacen pueden ser sancionadas por la autoridad de aplicación.
El proyecto mantiene beneficios impositivos al fijar que el biodiésel y el bioetanol no estarán gravados por el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y por el Impuesto al Dióxido de Carbono (ICO2).