El Covid positivo que dio el presidente norteamericano Joe Biden postergó uno de los encuentros bilaterales para los que más trabajó Alberto Fernández desde que aflojó la pandemia. La visita de Estado, que incluirá un encuentro en la Casa Blanca, no fue suspendida, sino postergada. Iba a concretarse el próximo martes pero tendrá una nueva fecha. El cambio imprevisto de agenda le quitó al gobierno una foto clave en medio de la crisis económica, que se profundizó con la renuncia de Martín Guzmán al Ministerio de Economía, pero sigue en pie la serie de reuniones que su sucesora, Silvina Batakis, mantendrá en Washington a partir de este lunes.
Toda la infraestructura diplomática que se iba a mover para recibir a la comitiva presidencial funcionará en torno a los encuentros que protagonizará la flamante jefa del Palacio de Hacienda. Con o sin encuentro de presidentes, Batakis deberá tomar el hierro caliente del tema más importante de una bilateral que, por ahora, no fue: la relación con el Fondo Monetario Internacional y la necesidad del gobierno de flexibilizar algunos puntos de las metas pactadas a principios de este año. El tema estaba en el menú de Fernández para la reunión con Biden y hasta que se concrete será una de las exploraciones que realizará Batakis en la primera reunión presencial que tendrá con la titular del FMI, Kristalina Georgieva. Van dos de las once auditorías pactadas para los próximos dos años y la funcionaria ya le advirtió a los gobernadores que se reunieron con ella esta semana que está al borde de cumplir con el tope de emisión monetaria pactada con el organismo luego de la renegociación de la deuda.
Según supo este diario, la agenda económica de Fernández con Biden es más ambiciosa. Si hay reunión, las fuentes consultadas aseguran que será antes de noviembre, porque en ese momento serán las elecciones de medio término. Cuando se concrete el encuentro le pedirá formalemente que Estados Unidos apoye dentro del directorio del organismo la eliminación o reducción significativa de las sobretasas que cobra a los países que reciben créditos extraordinarios. Actualemente el FMI cobra 2 puntos adicionales para los préstamos que superan el 187,5% de la cuota que correspondiente a un país miembro. El sobrecargo crece al 3% si ese crédito se mantiene igual o mayor durante los tres años siguientes. Es el caso de la Argentina a partir del crédito contraído por la administración de Mauricio Macri en 2018. La tasa implica un sobrecosto financiero extraordinario de 900 millones de dólares anuales y es parte de la agenda que impulsó Guzmán.
La postergación de la bilateral por covid no sólo es leída como una señal de mala suerte cuando todos estaban haciendo las valijas para el viaje. El giro imprevisto lo saca a Fernández de una escena que iba a estar signada por la vorágine de la crisis económica y cambiaria de las últimas tres semanas. En su lugar Batakis llegará empoderada este domingo a Washington. Arribará luego del almuerzo que Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner compartieron este sábado en Olivos. Ambos hablaron de las próximas medidas económicas que aplicará Batakis. Podrían conocerse este domingo o cuando la ministra vuelva de Washington el martes.
A pesar del hermetismo habitual de estos encuentros, circularon versiones sobre una reunión extensa donde no sólo hablaron de medidas para controlar la corrida cambiaria sino de nuevos cambios en el Gabinete. El encuentro de este sábado y las confirmaciones oficiales posteriores anticipan que el oficialismo buscará ordenarse para capear el temporal cambiario que volverá a arreciar a partir de este lunes, pero en un momento de zozobra que Batakis buscará reducir en Washington en medio de una embestida para forzar una devaluación abrupta.
Si la dinámica de la crisis iba a ser uno de los platos fuertes de Fernández con Biden, ahora lo será en los encuentros que tendrá la ministra de Economía. El lunes se verá con Georgieva y también con el funcionario del Tesoro David Lipton, que fue representante de Estados Unidos en el directorio del Fondo y se oponía al crédito que la administración de Donald Trump le concedió a Macri. Lipton es un cuadro conservador del Partido Demócrata y su punto de vista será determinante para las decisiones que pueda adoptar Biden ante un pedido de flexibilización de condiciones con el FMI.
En la agenda postergada de Fernández hay otro punto espinoso que Batakis tendrá que afrontar. Tiene que ver con el exconsejero de Seguridad Nacional de Donald Trump para América Latina, Mauricio Claver Carone. Desde el año pasado es el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el miércoles dijo en su última reunión de directorio que no quiere girarle a la Argentina 500 millones de dólares por créditos que ya habían sido aprobados. “No vamos a poner en riesgo el patrimonio del banco prestándole a un país insolvente”, lanzó Claver Carone, que fue uno de los primeros interlocutores de la Casa Blanca cuando Fernández le ganó las elecciones a Macri.
El dirigente republicano, tributario del voto duro cubanoamericano de La Florida, es detestado por la administración de Biden y ahora metió el dedo en un escenario que incomoda a la Casa Blanca en medio del escenario que afronta la Argentina. El tema se impuso en los ejes que deberá afrontar Batakis durante su recorrida washingtoniana, calzada en el traje de ministra. Sabe que será destinataria de muchas preguntas sobre la capacidad política de la coalición oficialista para mantenerse cohesionada para afrontar los ajustes pactados con el Fondo. También sobre las condiciones de gobernabilidad ante una devaluación violenta que pulverice los ingresos pero calme las presiones del mercado. No irá sin respuestas, sino con algunas señales acordadas entre los dos Fernández.
Batakis también tendrá una reunión con el director Gerente del Banco Mundial Axel Van Trotsenburg y el martes estará en Wall Street para encontrarse con inversores y tenedores de bonos argentinos. Luego será el turno de retomar el hilo de contactos con corporaciones norteamericanas que ya hicieron sonar en Buenos Aires el interés de que el gobierno se empeñe en hablar más con las empresas que con el gobierno. Junto al embajador argentino en Washington, Jorge Argüello, la jefa del Palacio de Hacienda encabezará una ronda de diálogo con directivos de General Motors, Amazon, Chevron y Google, además de una cita con el grupo de lobby reunido en la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham).