El gobierno nacional señaló a Bariloche como una de las localidades rionegrinas con trasmisión comunitaria del virus COVID-19. El aumento rápido de los casos hizo que el gobierno provincial anuncie el cierre y la restricción total de circulación hasta el 30 de abril. La medida también alcanza a Cipolleti. Sólo podrán hacerlo personal de fuerzas de seguridad y fuerzas armadas, de salud, comedores y merenderos, periodistas, recolectores de residuos, transporte y cuidadores de adultos mayores, entre otros.
Desde el 3 de abril, cuando se detectó el primer caso de Covid-19, ya se contabilizaron 67 personas afectadas solo en Bariloche. El crecimiento exponencial de enfermos provocó la alerta de científicos, especialistas de la salud y dirigentes políticos y sociales. Advierten que no hay información clara por parte del intendente, Gustavo Gennuso, y que tampoco conformó un comité de crisis con la participación de todos los sectores de la comunidad.
Legisladores y concejales del Frente de Todos de Bariloche presentaron un documento donde solicitan un cambio de rumbo en las decisiones que se toman en la cuarentena. Uno de los más críticos fue el diputado provincial, Ramón Chiocconi, quien tiene en su historial haber sido un experimentado médico rescatista de montaña y no duda en asegurar que “hay un mal manejo de la pandemia por parte de las autoridades municipales y provinciales porque mientras en el país la curva se achata, acá crece día a día”.
“Estamos a disposición del intendente. En una situación como esta se tiene que dejar ayudar y convocar a todos los sectores de la comunidad para poder lograr un análisis más integral de lo que está padeciendo la ciudad. Si hay algo que demostró esta pandemia es que nos necesita a todos juntos”, afirmó Chiocconi en diálogo con Tiempo.
La situación en las provincias vecinas es lo opuesto. La Pampa presenta cinco casos, Chubut dos y Neuquén 104 en un proceso de aplanamiento. En tanto, de acuerdo al último comunicado de prensa de Río Negro, hasta ayer habían sumado un total de 169 casos en lo que va de la pandemia, de los cuáles 131 continúan activos, 32 fueron curados y 6 fallecieron.
El doctor especialista en salud colectiva, Hugo Spinelli, hizo un diagnóstico alarmante: “A Río Negro le están explotando los casos y eso puede derivar en un descontrol”. Y explica por qué: “Tiene que haber alguien controlando los casos, georrefenciarlos, ver dónde van, pero están haciendo todo lo contrario, se basan en la clínica médica y acá lo que hay que hacer es una política epidemiológica”.
Chiocconi remarcó que “antes de la pandemia hicimos un diagnóstico sobre la situación real de Bariloche y pedimos la emergencia sanitaria en toda la provincia. Sin embargo, fue rechazada”. Es una ciudad que cuenta con 24 camas de terapia intensiva, entre el sector público y el privado, para 150 mil habitantes y que recibe 800.000 turistas al año.
Las organizaciones sociales con trabajo territorial en los barrios más postergados del Alto focalizan sus cuestionamientos en que no hay políticas de cuidado sanitario en las barriadas más humildes de la ciudad. Lo único que llega es del Gobierno Nacional.
Ante este escenario crítico, el intendente Gennuso, quien pertenece al oficialismo provincial de Juntos Somos Río Negro, prefirió responder a sus detractores a través de una conferencia de prensa afirmando que “están buscando protagonismo”. Mientras tanto, en la ciudad siguen aumentando los casos y se debilita la voz del jefe comunal.