El escándalo por la vivienda familiar del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, tuvo esta semana su primera consecuencia institucional: el legislador Sergio Abrevaya (GEN) presentó en la Legislatura un pedido para que el gobierno porteño informe por qué la propiedad del funcionario paga impuestos como «baldío».
En su escrito el legislador solicitó que en el plazo «de 30 días» el municipio explique:
a) Si el inmueble sito en el Barrio de Belgrano en la calle Mendoza al 1100 parcela 13 de la manzana 92 de la sección 35 circunscripción 16 de la Ciudad de Buenos Aires figura en los registros de la AGIP como terreno baldío o construido.
b) Si figura como construido, en qué fecha fue dada de alta la vivienda construida o en su defecto hasta que fecha figuró como terreno baldío.
c) Cuándo fue dada la fecha de permiso de construcción de la vivienda, cuándo fue dado el final de obra del mismo y en qué fecha fue empadronada la misma en el registro correspondiente.
d) Si hay alguna deuda pendiente de ABL hasta la fecha por lo menos desde los últimos 5 años del terreno y o vivienda construida.
e) Cuál es la persona titular del inmueble citado.
El pedido del legislador recoge los datos revelados por Tiempo el domingo pasado, que tuvieron una réplica informal: allegados sostuvieron, literalmente, que al ministro se le quemaron los papeles.
Los voceros admitieron que Dujovne paga su propiedad como baldío ante la AGIP, pero deslizaron que intentó «regularizar su situación al menos cuatro veces», pero que «dos veces la Ciudad le perdió el trámite» y que en otra ocasión la declaración de final de obra «se quemó». Una sucesión de hechos desafortunados cuya consecuencia ya se conoce: Dujovne paga menos por impuestos de lo que debería.
Los papeles oficiales, sin embargo, desmienten la «desmentida» extraoficial del ministro.
Tiempo tuvo acceso al trámite de final de obra que el funcionario presentó en marzo de este año. La presentación lleva los datos filiatorios del propietario del inmueble, Dujovne, y del «profesional responsable de la declaración», la arquitecta Silvia Susana Hirsch, madre del ministro y socia junto a su marido Berardo de uno de los estudios más reputados de la ciudad.
La declaración consigna que la «superficie cubierta del edificio» es de 282 m2 y detalla, también, los «plazos de realización de las modificaciones», es decir, el tiempo que demoró la construcción. El papel dice, textual:
Inicio: 30/05/2004
Fin: 30/01/2018
O sea: según declaró Dujovne bajo juramento ante la AGIP, la casa se terminó de construir en enero de este año, casi 14 años después de iniciada la obra.
La precisión de la fecha es clave, porque indica el final de obra a partir del cual el fisco porteño debe cobrarle al ministro los impuestos correspondientes a los metros construidos. En su «desmentida», el titular de Hacienda se mostró dispuesto a pagar lo que debe con monto actualizado y cargo retroactivo al 2009, fecha en la que, según dice, intentó sin suerte regularizar su situación. Pero en los registros oficiales, lo que consta es que el ministro intentó fechar su final de obra en enero de este año, de modo que la AGIP, de aprobarle el trámite, sólo podría cobrarle hacia adelante, no hacia atrás.
¿Cuándo dice la verdad Dujovne? ¿Cuándo jura haber terminado la obra en enero de 2018, lo que le permitiría ahorrarse más de una década en impuestos? ¿O cuando difunde a través de sus voceros una supuesta presentación del 2009 que se incineró?
El pedido de informes presentado esta semana quizá permita ir develando esas y otras incógnitas, que aún no tuvieron respuesta oficial. «