Axel Kicillof inauguró este lunes una obra en el Pabellón de Salud Mental del Hospital de Niños de La Plata junto a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. El gobernador abrió el acto y remarcó que la remodelación del «Sor María Ludovica» es una de las 125 obras que la gestión de María Eugenia Vidal inició en 2017 y dejó abandonada tras las elecciones primarias, simultáneas y obligatorias de 2019.
«Esta obra se dejó de garpe el 11 de agosto de 2019», precisó el mandatario y recordó así las PASO en las que perdió Vidal. «Vinimos a terminar las asignaturas pendientes también de Macri y de Vidal. Esta es una de las 125 obras que se reiniciaron para que en medio de la pandemia, cuando más se las necesitaba, garantizaran que a ningún bonaerense le faltara una cama o un respirador», agregó.
Recordó que también hubo cinco hospitales que la ex gobernadora no quiso inaugurar, pese a que estaban en un 90% terminados, «para no reconocer el trabajo que se había hecho en un gobierno peronista».
«Esta obra emociona porque es un hospital histórico, de referencia y, sin embargo, estaba en un estado de abandono en sus instalaciones, de una precariedad en el estado edilicio y no es lo que se merecen los trabajadores ni los niños de la provincia», dijo Kicillof y aseguró que «no tiene nada que envidiarle a ninguna de las instituciones privadas».
Kicillof también se dirigió a la oposición por la polémica sobre las clases presenciales y dijo que «llama la atención que los que dejaron pudrir vacunas, que los que cerraron escuelas técnicas, rurales y en el delta nos quieran hablar de lo que hay que hacer con la educación».
Sostuvo que es «una falta de respeto» a los maestros, los auxiliares, «decir que no hubo clases» y remarcó que la vuelta a la presencialidad se define con «indicadores objetivos».
Ya en el final, le pidió a los dirigentes de Juntos por el Cambio que «dejen de sembrar odio por los canales de televisión» y les dio un consejo: «Si quieren actuar en forma responsable ayuden con algo: consigan vacunas o anótense como voluntarios».
El nuevo edificio del «Sor María Ludovica» cuenta con un área específica de salud mental en la planta baja, 12 habitaciones de terapia intermedia distribuidas entre el primer y el tercer piso, y tres salas con 12 camas de terapia intensiva en el segundo piso. A partir de ello, dispondrá de 62 camas de terapia intensiva y una planta de 2.315 trabajadores y trabajadoras de la salud.
El hospital atiende a niños, niñas y adolescentes de hasta 18 años, con una demanda espontánea de 500 personas por día entre emergencias, consultas externas y especialidades. Inaugurado en 1894, fue ampliado y modernizado en 2008 durante la presidencia de Cristina Kirchner, donde se construyó la Casa Ludovica, en la que se alojan las y los niños en situación de vulnerabilidad social que tienen tratamiento en el hospital junto a sus madres.