A mediados de abril, cuando Gran Bretaña avanzó con la vacunación y bajaban los casos, el primer ministro, Boris Johnson, anunciaba la segunda fase del desconfinamiento. Ante las multitudes sin barbijos ni distanciamiento en las calles, insistió en que era “muy importante” que comprendieran que la “mayor parte” de la reducción de casos no se había logrado gracias a la vacunación, sino a la cuarentena. Esa advertencia podría replicarse en la Argentina que, aún en un piso alto de casos cercano a los 30 mil diarios, vive una incipiente baja tras los nueve días de confinamiento estricto, en un escenario con dos extremos espejados: récord de vacunación diaria junto a récord de ocupación de terapia intensiva.

“Claramente, hay una reducción de casos, todavía en valores muy elevados; pero al tratarse de la primera experiencia de confinamiento estricto en mucho tiempo, aun si fue de corto plazo, dio resultados mucho más contundentes que otras medidas. Generó un cortafuego”, grafica a Tiempo el contador y senador provincial por Corrientes, Martín Barrionuevo, uno de los especialistas que estudia la evolución diaria epidemiológica.

“Este efecto se nota todavía más en Ciudad de Buenos Aires, porque es quien más medidas restrictivas tomó en comparación a cómo venía”, agrega Barrionuevo. El bioquímico y analista de datos Santiago Olszevicki coincide, y grafica: sin contemplar sábado y domingo, que suelen ser valores bajos, esta semana CABA tuvo un promedio de 2129 casos diarios, frente a los 2821 y 2612 de las semanas anteriores. El GBA pasó de casi 7000 contagios el 22 de mayo, a unos 3700 el 31, si bien hay que disociar lo que se informa cada día respecto de cuándo arrancaron los síntomas. Entre los informados, hay casos viejos que no habían sido cargados.

Esta semana, el Ministerio de Salud de la Nación comunicó que, mientras los contagios aumentaron un 31% entre la semana 20 y 21, disminuyeron un 8% en la semana siguiente: “Se requiere que continúen bajando, aunque a nivel país se haya logrado detener el aumento”. De 18 conglomerados urbanos con más de 300 mil habitantes, 14 están en alarma epidemiológica y con más del 80% de ocupación de UTI. Es el caso de Mendoza, que igual volvió a las clases presenciales, en sintonía con la Capital Federal. El problema ahora se centra en el interior del país, donde los casos se duplicaron el último mes y ya representan el 60% de los infectados diarios. Así como el GBA pasó de 480 positivos cada cien mil habitantes en el inicio del confinamiento a 420, y CABA bajó de 630 a 479, Córdoba subió en estas dos semanas, de 570 a 826 cada cien mil. La mayor tasa de la Argentina.

Córdoba no para

Córdoba llegó este viernes a 5357 casos informados, más del triple que CABA. El crecimiento no es novedad. Se veía la tendencia hace tiempo. Sin embargo, el gobierno de Juan Schiaretti decidió volver a clases presenciales la semana pasada, reabrió bares, e incluso permitió encuentros familiares de no convivientes en los domicilios particulares. Se oponía a mayores restricciones hasta que la ocupación de camas no llegara al 80%. “Ningún Covid parará a Córdoba”, desafió más de una vez. Ahora las UTI, como era de esperar, superaron ese 80%. Tienen el doble de ocupación que hace un mes. Schiaretti, entonces, debió dar marcha atrás: clases virtuales y circulación de esenciales por 14 días. Solo en la última semana, 5168 aulas cordobesas activaron el protocolo sanitario por Covid. Ante la crítica por las medidas consideradas “tardías”, el gobernador se justificó este viernes: “Córdoba no entra en polémica ni hace política con la pandemia”.  

Desde el gobierno nacional deslizan críticas hacia la gestión cordobesa por no haberse sumado antes a las restricciones ni ejercer un verdadero control. Esta semana volverán las charlas con epidemiólogos y gobernadores para analizar los pasos a seguir a partir del sábado, cuando vence el DNU vigente. Teniendo en cuenta que difícilmente haya una resolución en el Congreso, es probable que nuevamente el presidente Alberto Fernández dictamine una nueva etapa. Esperarán los datos de estos días, aunque la idea que cobra fuerza es la de cierres intermitentes, cortos y programados, de cara al invierno, como sostén del plan de vacunación.

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(Foto: Laura Lescano / Télam)

El efecto de la inmunización también se observa en la baja de diez años en el promedio de edad de las internaciones respecto de comienzos de año, algo en lo que también incide la peligrosidad de las cepas Manaos y Británica en más jóvenes. Sin la vacunación, los cálculos de especialistas hablan de que habría 5000 muertos más en el país. Mientras el 14 de marzo los mayores de 80 significaban el 35% de las muertes diarias, hoy son el 20%. Desde Salud aseguran que la letalidad pasó del 2,8% en 2021 al 1,4%. El problema es que hay cuatro veces más casos que en la primera ola.

«Tenemos una letalidad en este momento que está cerca de 1,1%, en octubre era del 3,5. Se ve mucho en los mayores de 60 pero también empieza a achatarse en los mayores de 50, porque estamos con el 50% de esa población ya vacunada», apuntó el viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak. Y añadió: «Comparativamente con días de la semana anteriores hay menos casos, pero era esperable. Durante el fin de semana se vería el efecto de las medidas».

Hasta el momento la Argentina ya recibió más de 18,45 millones de vacunas. Casi la mitad son Sputnik V, que en estas horas comenzará su producción local en los laboratorios Richmond. La meta: 500 mil dosis semanales a fines de junio o principios de julio. De acuerdo con el Monitor Público de Vacunación, se distribuyeron 17.495.490 dosis a las provincias, que hasta ayer llevaban aplicados unos 13,73 millones. El 13% (1.823.824 dosis) fueron la última semana, y el viernes se llegó al récord de 356.454 en todo el país. A un ritmo de 1,8 millones por semana, y con 3 millones de vacunas que se sumarán esta quincena, la velocidad no se verá afectada, y es probable que se llegue a cubrir a la población de riesgo antes del invierno, como anticipó Tiempo. Ese era el objetivo principal del gobierno para la primera etapa del plan de vacunación público y optativo.  «

SPUTNIK V.I.D.A.
Esta semana avanzó uno de los aspectos más positivos para el país, no sólo para el presente sino para el 2022, cuando habrá que volver a vacunar: la producción local de Sputnik V en los laboratorios Richmond. Inaugurada por Alberto Fernández y Vladimir Putin en videoconferencia este viernes, arrancará la producción masiva en las próximas horas con la llegada de la sustancia activa. La idea es producir 500 mil dosis por semana. Esto alivianará la falta de segunda dosis, que viene demorada desde Rusia.SPUTNIK V.I.D.A.
Esta semana avanzó uno de los aspectos más positivos para el país, no sólo para el presente sino para el 2022, cuando habrá que volver a vacunar: la producción local de Sputnik V en los laboratorios Richmond. Inaugurada por Alberto Fernández y Vladimir Putin en videoconferencia este viernes, arrancará la producción masiva en las próximas horas con la llegada de la sustancia activa. La idea es producir 500 mil dosis por semana. Esto alivianará la falta de segunda dosis, que viene demorada desde Rusia.