Sin dar marcha atrás con el ajuste de la tarifa del gas, conocido como Revisión Técnica Integral (RTI), el Gobierno aceptó postegar dos tramos del incremento de este año para 2019. La decisión del presidente Mauricio Macri fue acordada con el gobernador mendocino y titular de la Unión Cívica Radical (UCR), Alfredo Cornejo, durante una reunión que mantuvieron desde las 10.30, junto con el jefe de Gabinete Marcos Peña y con el ministro de Energía Juan José Aranguren. La cita fue determinante, y continuó con un segundo capítulo, sin Macri, encabezado por el ministro coordinador, junto al titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, el jefe del bloque de la UCR de la Cámara Baja, Mario Negri, el diputado de la Coalición Cívica Juan Manuel López y otros dos funcionarios de Peña: el «lilito» Fernando Sánchez, secretario y el vicejefe de Gabinete Gustavo Lopetegui.
El vocero designado fue Negri. El diputado tomó la propuesta que había anticipado Cornejo la semana pasada luego de cargar duramente contra el ministro de Energía, Juan José Aranguren, a quien lo responsabilizó de «hacer meter la pata al gobierno», y la repitió como una decisión del Ejecutivo. «Habrá aplanamiento de las facturas de los dos bimestres de mayor consumo, mayo-junio y julio-agosto, se podrá posponer el pago del último aumento en tres cuotas bimestrales para todas las facturas emitidas entre el 1 de julio y el 31 de octubre, que corresponde a los meses de mayor consumo, de mayo a agosto las cuotas se harán efectivas en los bimestres de menor consumo, el último bimestre de 2018 y los primeros de 2019 Esto es operativo para el consumidor».
En la propuesta presentada por Cornejo, el radicalismo sostenía «aplicar un mecanismo que prorratee el mayor consumo del tercer, cuarto y quinto bimestre del 2018 en las facturas de los bimestres posteriores», es decir postergar los aumentos que quedan para este año, para el arranque del ciclo electoral 2019.
Todo el aumento está previsto por la «Revisión Tarifaria Integral» hasta 2021. Su primer tramo arrancó hace un año, en abril de 2017, con un 30%. La segunda parte rige desde diciembre, con un 40%, y el 30% desde el 1 de abril de este año. La iniciativa radical sostuvo dividir el ultimo 30% en dos cuotas, pero pagarla en octubre de 2019.
Entre una posición y la oferta final, surge el mantenimiento del aumento en toda su dimensión, pero con un plan de pagos que queda para el 2019. La postergación de los incrementos responde a una postergación reclamada por la UCR para evitar un nuevo castigo económico en la base electoral de Cambiemos, la clase media.
En esa dinámica hay un cronómetro político: la nueva tarifa que arrancó hace 20 días, será aplicada durante la etapa invernal, es decir, en los meses de mayor consumo. Su impacto iba a surgir en las cuentas de los próximos meses, en un contexto donde los primeros cuatro meses del año echaron por tierra la meta inflacionaria del 15% que había anunciado el Gobierno.
La semana pasada el presidente de la UCR blanqueó ese malestar en un almuerzo con empresarios y luego anunció la presentación de una propuesta, en respuesta a la devolución del jefe de Gabinete, Marcos Peña, ante los reclamos radicales. La iniciativa, que es adjudicada al ex secretario de Energía, Jorge Lapeña, contó con todo el apoyo orgánico del radicalismo, y sumó a Elisa Carrió que había manifestado sus cuestionamientos en los mismos días.
La cita de este jueves fue propuesta hace 24 horas, cuando la UCR ratificó su decisión de presentar esa iniciativa mediante un proyecto de ley para reformar el régimen aprobado por el Congreso. En el medio fracasó una sesión en la Cámara de Diputados prevista para el tema tarifario, por falta de quórum. Por la tarde, en medio de febriles intercambios, Peña propuso una cita en la Casa Rosada, con Macri, para encontrar una salida. El resultado fue un plan de pagos para un aumento que no registra cambios.