Decenas de facultades tomadas por sus estudiantes en la vasta geografía nacional marcan el pulso de un reclamo también atravesado por provocaciones de orígenes diversos, pero un sino común: el alineamiento contra las políticas de remate del Gobierno nacional. En Córdoba, un docente de dos facultades de la Universidad Nacional fue gráfico al señalar que supuestos estudiantes “fueron a todas las asambleas a provocar, distribuidos entre las compañeras y compañeros, ubicados estratégicamente; agitaban, cantaban, hubo tensión pero por suerte no pasó a mayores”. El educador identificó dos tipos de provocadores: “Están los que integran organizaciones libertarias universitarias, que van con remeras, están de algún modo identificados, se besan la remera y van abiertamente a provocar”, y otros que “van vestidos de negro, a veces con camisas y claramente son esa clase de gente que evidentemente ha sido bullineada mucho tiempo”. “Éstos se presentan como apolíticos pero cuando empiezan a hablar tienen todo el discurso libertario aprendido de punta a punta”, completa.
En la era de las redes, son los videos los que dan cuenta del estado de situación. Tanto de la masividad –inédita en el pasado reciente– de las asambleas universitarias, aún en facultades que años atrás estaban “dormidas”, como también de las provocaciones que intentaron embarrar o directamente obturar el reclamo por el presupuesto educativo. Por caso, en Comunicación de la UNC el registro fílmico da cuenta de un hombre adulto vestido completamente de negro y con zapatillas blancas, que se acercó a filmar con descaro a quienes deliberaban en la Facultad. “Cayó este tipo a la toma de Comunicación, a grabar todo y a buscar quilombo básicamente, para que tengan registrada su cara, claramente no es cana ni nada por el estilo, para no alarmar, pero eso busca que las agrupaciones le hagan quilombo, pero es sólo un pirado que debe ser troll o algo por el estilo”, señala el texto que acompañó a la filmación.
Los estudiantes están en alerta, y conscientes de que desde el poder se intenta instalar que el escenario político es similar a los meses previos al golpe de Estado de 1976. “El activismo estudiantil de hace 50 años se convirtió en guerrilla subversiva y generó la represión», blanqueó el jefe de gabinete Guillermo Francos, exponente palmario de la casta política en tanto ladero de Domingo Cavallo, exfuncionario de Daniel Scioli en Buenos Aires y de Alberto Fernández en Nación. La amenaza de represión está siempre latente, y es en ese sentido que a comienzo de la semana fue interpuesto un habeas corpus para garantizar la integridad física de quienes defienden sus derechos.
Las provocaciones no son exclusividad de la base electoral libertaria. Desde los primeros reclamos, patrulleros y efectivos de la policía cordobesa merodean las asambleas y tomas, lo que motivó el habeas corpus ya mencionado; situaciones similares, e incluso ingresos a los claustros se registraron en Tucumán, CABA y Santa Cruz.
En Tucumán, por caso, policías provinciales irrumpieron en asambleas. Lo denunció la vocera del Centro de Estudiantes de la Facultad de Arte, María Lucía Vicente, quien apuntó desalojos de clases públicas en diversas facultades de la provincia, sin mayor mella en los reclamos. «Continuaremos con las clases abiertas frente a la Casa de Gobierno», indicó.
La Ley de Educación Superior señala en su artículo 31 que “la fuerza pública no puede ingresar en las instituciones universitarias nacionales si no media orden escrita previa y fundada de juez competente o solicitud expresa de la autoridad universitaria legítimamente constituida”.
Masividad mata amenaza
Leticia Medina, de la Adiuc (Gremio de los Docentes e Investigadores Universitarios de Córdoba) está exultante: acaba de salir de una asamblea histórica con 410 afiliados, y aunque es consciente de que el estado de efervescencia es tan necesario como vulnerable, elige matizar los riesgos. “En Córdoba hay tomas en distintas facultades y asambleas multitudinarias que no terminaron en tomas. La novedad es que estudiantes organizados y no, empiezan a participar con posiciones contrarias o no homogéneas a las que impulsan las tomas; nosotros lo entendemos como una novedad saludable en tanto estudiantes que están haciendo sus primeras experiencias de participación, están encontrando las condiciones para asomarse a la participación política”.
Para la dirigente “no hay nada peor que esas aulas en las que había una sola voz”, porque “no tiene sentido hablar entre nosotros solamente” y hoy “el desafío es generar espacios de diálogo y discusión”. “A veces la situación se tensa, pero creemos que el movimiento estudiantil tiene la madurez para encontrarle el camino a esas discusiones, en asambleas que tienen una magnitud que no se veían desde la recuperación de la democracia”, completó.
En la misma línea se expresó el estudiante de Ciencias Políticas y secretario gremial del centro de estudiantes de la facultad de Ciencias Sociales, Pedro Armesto. “Los medios hegemónicos captan sólo las tomas, pero hay un sinfín de acciones y actividades, el plan de lucha es mucho más que eso. A la vez el libertarismo creció en el ámbito universitario y va a las asambleas para intentar deslegitimarlas; lejos de proponer otra perspectiva sobre la universidad pública, van solo a intentar justificar el recorte de Milei”, subrayó.
Clima de época adverso, provocación en redes que se trasladan al espacio físico y discursos de odio son algunas de las claves para entender la política actual, y el conflicto universitario en particular. “Lo que veo es que hay un esfuerzo en no caer en provocaciones y que, al menos por ahora, a esta gente no se les cobra en el territorio físico todo lo que hacen en las redes”, completó.