Es el Estado argentino el que, a través de su Cancillería, construyó puentes hacia todos los rincones del planeta al anotarse en todas las pruebas, ensayos y coproducciones posibles para que el país pueda producir para su población-y la de otros países- la vacuna contra el virus más letal al que se enfrentó el mundo en mucho tiempo. Este lunes, Argentina y México presentaron la vacuna anti Covid-19 en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en Paraguay.
“La prioridad es la cuestión sanitaria”, confirmó Guillermo Justo Chávez, jefe de gabinete de la Cancillería a Tiempo, para dejar en claro que ni prejuicios ideológicos ni barreras comerciales serán obstáculos en esta búsqueda desesperada de la solución a la pandemia.
La carta que redactó la cartera de Felipe Solá y que firmó Alberto Fernández fue enviada a Rusia esta semana para felicitar a Vladimir Putin. Ese mismo día por la tarde, el mandatario argentino anunció el logro de una alianza que venía tejiendo desde antes de su asunción. El eje México-Argentina daba su primer fruto: la producción conjunta de otra vacuna contra el covid 19. Su par azteca, Andrés Manuel López Obrador, hacía el mismo anuncio horas después.
Este lunes, este proyecto argentino mexicano fue eje de la cumbre virtual convocada por la Celac, donde varios de los países miembros ya manifestaron interés en acceder a las dosis en 2021.
La vacuna producida de manera conjunta a partir de las gestiones de ambos Estados, por el laboratorio AstraZeneca, la compañía sueco-inglesa, será incluida en el calendario de vacunación, según confirmó Ginés González García.
Para despejar afirmaciones mal intencionadas, el presidente Alberto Fernández dijo este sábado a Radio La Red que «es falso decir que el Estado no interviene» en la producción de la vacuna contra el coronavirus, que comenzará a realizarse en el país.
Es el Estado el que va a comprar las vacunas necesarias para que se pueda distribuir en forma gratuita en aquellos sectores de riesgo y trabajadores de la salud, en una primera instancia. Fue el propio Fernández quien detalló que, inicialmente, se prevé producir 150 millones de dosis, pero planteó que «el objetivo es fabricar entre 200 y 350 millones de dosis para ser distribuidas en toda América Latina». Es que la vacuna tendrá una distribución equitativa entre los países latinoamericanos, según aclaró luego el titular de la cartera de Ciencia, Roberto Salvarezza.
Ni yankis ni marxistas, sanitaristas.
En la carrera por conseguir la solución final al tan desconcertante virus, el gobierno argentino aclaró que “esta no es la única negociación ni la única alternativa”. Ginés, titular de la cartera sanitaria, sostuvo que Argentina sigue “conversando con otros proveedores” para asegurarse “la vacuna más efectiva”. Por eso también está negociando otros estudios, como el de la farmacéutica CanSino y la unidad de investigación militar china y el BioNTech y Pfizer, que está haciendo pruebas clínicas en el país.
A diferencia de la vacuna del laboratorio estadounidense Pfizer, que se encuentra en el estadio de ensayo clínico, la de mAbxience ya está en estado de producción del antígeno, que es la materia prima más importante, el Adenovirus modificado, para luego ser enviado a México donde se producen los viales (envase), para tener esta vacuna lista. Salvarezza explicó que «a partir de ahí va a haber una distribución equitativa a todos los países latinoamericanos, excepto Brasil, que ya tiene un acuerdo en particular con Oxford». Y agregó que la vacuna argentino-mexicana «completó de forma muy exitosa la fase 2 con más de mil personas testeadas».
En tanto, la Fundación Slim, del magnate mexicano de las telecomunicaciones Carlos Slim, también participa del proyecto. Gracias a su financiamiento la vacuna tendrá precios más razonables, de entre 3 y 4 dólares, según explicó el presidente Fernández. “Un precio diferencial, muy distinto a lo que dicen otros fabricantes”, explicó el ministro de Salud. “Nos da accesibilidad sobre todo en un país donde hay dificultades económicas”, dijo aliviado.
«El laboratorio de Hugo Sigman ya empieza a producir a riesgo la transferencia de tecnología y ha decidido no tener fines de lucro mientras sea denominada pandemia por la OMS”, sostuvo Ginés.
En referencia al precio que tendrá la vacuna, explicó que «una vez que esté producida, cada Estado decide cuántas dosis compra y asume el costo».
Por su parte, en sus declaraciones a radio La Red, elpresidente precisó que «el acuerdo es con los Gobiernos de Argentina y México». Y agregó: «Debe ser un orgullo nuestro. No estoy diciendo que es un orgullo de Alberto Fernández sino que lo es de toda la Argentina».