La candidata de Juntos para Todos, Arabela Carreras, se impuso por un margen importante al referente del Frente para la Victoria, Martín Soria. Si bien se esperaba una victoria del oficialismo en la gobernación de Río Negro, es verdad también que en las especulaciones previas los números se suponían más apretados.
Comodín del gobernador Alberto Weretilneck, la hasta ahora encargada de Ministerio de Turismo de Río Negro obtiene el 53% de los votos, Soria se ubica segundo con el 34% y Cambiemos, con la diputada nacional Lorena Matzen encabezando su lista, obtiene apenas un 5,6% y reconoció su derrota incluso antes de que el Tribunal Electoral provincial diese a conocer los primeros cómputos oficiales. En cuarto lugar, quedaba la candidata del FIT, Norma Alicia González Dardik, con el 2,7%. Estos datos corresponden al 60% de las mesas escrutadas.
Desde que la Corte Suprema prohibió la candidatura de Weretilneck, rápido de reflejos, el actual gobernador sacó un as de la manga: propuso como candidata a quien iba a ser su compañera de fórmula, una mujer de 49 años y de buena imagen, feminista, licenciada en Letras, que desde el primer día aclaró que el propio Weretilneck será un hombre de consulta permanente de su gobierno.
Desde la propia Casa Rosada, durante la semana pasada, se dejó trascender que el objetivo del gobierno nacional había pasado a ser el llamado “voto útil”, aquel que llamó a votar a Carreras para que no gane Soria, sacrificando incluso a su candidata. Sin embargo, la propia Carreras, de raíces peronistas al igual que Weretilneck, en el tramo final de la campaña, no hizo otra cosa que criticar al presidente Macri con frases como, por ejemplo, «nuestras políticas en Río Negro son justamente lo contrario de lo que ha sido el macrismo. Nosotros no achicamos el Estado, fortalecimos el Estado. No achicamos salarios, mejoramos salarios». Es más, la propia candidata de Cambiemos, Lorena Metzen, declaró el domingo a la noche al tiempo que reconocía su derrota: “Lamentaría mucho que en la Casa Rosada festejen, porque hicimos la campaña llevando las banderas de Cambiemos. Debemos hacer una profunda reflexión para que no sigamos perdiendo en las demás provincias”.
En cuanto a Cristina Kirchner, esta vez fue más precavida que en Neuquén, evitando cualquier aparición pública con Soria, como sí lo hizo con Ramón Rioseco en la provincia de Vaca Muerta. Al mismo tiempo, Soria era uno de los pocos candidatos considerados kirchneristas que guardaba cierta esperanza de ganar una elección en la Patagonia, a punto tal que mantuvo inalterable el sello Frente para la Victoria. El intendente de General Roca ganó en su ciudad, pero su performance provincial estuvo bastante por debajo de la esperado.
Así, analizadas las elecciones a gobernador en Río Negro en términos nacionales, podría decirse que consolida un escenario que se supone posible: el gobierno está perdiendo a pasos agigantados hasta la propia base electoral dura, y el kirchnerismo la mantiene intacta pero no le alcanza para ganar.