El equipo técnico del Fondo Monetario (FMI) que revisa las cuentas de la Argentina mantuvo este lunes la entrevista más larga de todas las que realizó: fue con el economista Roberto Lavagna, exministro de Economía de Néstor Kirchner y virtual candidato presidencial de un sector del peronismo.
Lavagna habría asegurado a Roberto Cardarelli, jefe de la misión, y a Trevor Alleyne, el miembro del staff del Fondo con presencia permanente en la Argentina, que la Argentina deberá renegociar en 2020 el acuerdo que la une al organismo multilateral, más allá de quién sea el presidente electo este año.
Siempre según los trascendidos, los representantes del FMI habrían aceptado esa alternativa con un argumento curioso: el acuerdo se realizó con el objetivo urgente de estabilizar el dólar; en 2020, la divisa ya estará nivelada y por lo tanto el FMI estaría en condiciones de aceptar modificaciones al acuerdo.
La versión no aclara, sin embargo, si el FMI aceptaría un cambio este año. Es que tanto Lavagna como el exministro de Economía de Cristina Fernández, Axel Kicillof, con quien la misión se entrevistó la semana pasada, plantearon que la fragilidad de la economía se siente ahora y que, por lo tanto, el FMI debería consentir una ampliación del déficit del sector público a fin de destinar más recursos a salvatajes de diversos sectores productivos y comerciales.
Según el acuerdo, el gobierno de Cambiemos tiene un margen para el déficit público de hasta el 0,4% del Producto Bruto Interno, que debe estar totalmente destinado a Desarrollo Social y planes de estímulo productivos.
En la visión de los economistas más ortodoxos, cercanos al gobierno nacional, una flexibilización de las metas de déficit fiscal podría generar temores entre los especuladores e inversores, en el sentido de que podría estar en presencia de una nueva etapa de incumplimientos en las metas monetarias y fiscales y, por lo tanto, de un recalentamiento de la inflación y del valor del dólar.