La historia clínica del represor Miguel Osvaldo Etchecolatz son cuatro tomos. Esa información, junto a dos tomos del libro de enfermería, el libro de guardia médica, el libro de novedades, un «registro de control de huelga de hambre» que figura en un legajo judicial del recluso y datos registrados por médicos nutricionistas, es fue el resultado del allanamiento que efectivos de la Prefectura Naval Argentina realizaron en el Hospital Penitenciario de la Cárcel de Ezeiza, en el marco de una investigación desatada luego del pedido del condenado ex policía del beneficio de prisión domiciliaria.
El operativo fue ordenado por el juez Ernesto Kreplak, del Juzgado Federal N°3 de La Plata, luego de la denuncia de la Fiscalía Federal de La Plata que puso en duda el informe realizado por los médicos penitenciarios durante la presunta huelga de hambre realizada por el ex jefe policial de la dictadura cívico militar para forzar ser beneficiado con la prisión domiciliaria.
El allanamiento se llevó a cabo en el Hospital Penitenciario N°1 ubicado en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza, donde la División Investigación Delictual de la Dirección de buscó Inteligencia Criminal de la Prefectura, que conduce el prefecto Diego Fiorotto, encontró todo lo que fueron a buscar, informaron a Tiempo fuentes judiciales. Duró ocho horas -comenzó a mediodía y terminó a las 20- y participaron el fiscal ad hoc Juan Martín Nogueira, asistido por el prosecretario de la Unidad Fiscal platense, Juan Montiel, y por la psiquiatra de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), Laura Sobredo.
El juez Kreplak había ordenado obtener la historia clínica y demás informes médicos de Etchecolatz en el marco de la causa que investiga la presunta adulteración de esos documentos que informan del estado de salud del detenido, que fueron presentados en los incidentes de solicitud de arresto domiciliario, informaron desde el juzgado. También pidió que encuentrne cualquier constancia médica, los libros de guardia, de trauma, de novedades y cualquier otro documento en el que exista constancia relacionadas con el detenido.
La información obtenida en el hospital fue remitida al Juzgado de Kreplak. «Nos quedamos muy conformes. Pudimos obtener toda la documentación que vinimos a buscar con lo cual fue importante la presencia de la Fiscalía, explicó Nogueira.
El allanamiento se realizó en el marco de una causa iniciada a partir de la denuncia y requerimiento de instrucción formulados por los fiscales Rodolfo Molina, Hernán Schapiro y Nogueira. En esa presentación, los fiscales manifestaron que por haber intervenido en distintos incidentes de solicitud de prisión domiciliaria de Etchecolatz, fueron advertidas una serie de desavenencias entre lo informado por el Cuerpo Médico Forense y las aseveraciones efectuadas por los médicos del Servicio Penitenciario Federal a partir del inicio de la huelga de hambre del represor-, en punto al peso que registraba el nombrado, precisaron desde el juzgado.
En esa denuncia formulada hace una semana, la Unidad Fiscal señaló que a principios de abril el Cuerpo Médico Forense informó que Etchecolatz pesaba 67 kilos, mientras que el 25 de julio -cuando inició la huelga de hambre- los médicos del Hospital Penitenciario Central I de Ezeiza (SPF) informaron que su peso era de 73 kilos. Pero su peso, según los sucesivos informes penitenciarios, bajó hasta los 65 kilos.
Aunque el juez Kreplak ya solicitó al Tribunal Oral Federal N°1 donde el ex policía solicitó y logró el beneficio de la prisión domiciliaria, al Cuerpo Médico Forense y al Hospital Penitenciario, los informes de salud del represor del último año y medio, teniendo en cuenta que esa documentación se encuentra bajo la custodia de los propios médicos del Hospital Penitenciario Central sobre los que se cierne la sospecha de haber confeccionado informes ideológicamente falsos, surge la necesidad de obtenerla prontamente y preservarla de cualquier posible alteración o adulteración, aseguró en la orden de allanamiento.
Las variaciones del peso del genocida varias veces condenado, fue advertida la semana pasada por los organismos de derechos humanos querellantes y víctimas de la dictadura en las causas en las que Etcheclatz pidió la prisión domiciliaria. Al advertir que el peso que inforemaban los médicos penitenciarios era muy diferente al que había informado el Cuerpo médico Forense, le notificaron al TOF1 que si tenía cuenta esos informes el fallo que emitirían, que finalmente le dio el beneficio, estaría viciado de nulidad. La fiscalía, que también advirtió esas inconsistencias, hizo la denuncia el 12 de agosto pasado en el juzgado de Kreplak.