El juzgado federal de Junín, a cargo de Héctor Plou, ordenó un allanamiento en la sede central del gremio de los mecánicos, SMATA, por un faltante de $300 millones en la obra social sindical. Según confiaron fuentes judiciales, la denuncia fue hecha meses atrás por Alberto Fiori, uno de los tres revisores de cuentas del sindicato.
El denunciante es un dirigente del riñón gremial y muy cercano al secretario de Relaciones Institucionales de SMATA y diputado nacional, Oscar Romero. Como revisor de cuentas hice mi trabajo: cuidar el dinero de los afiliados, sostuvo Fiori.
Desde el sindicato descartan de cuajo que la denuncia tenga que ver con los virajes políticos del titular del gremio. En ese contexto explican que la disputa entre Piganelli no es nueva y que lo que está en disputa tiene que ver con el poder dentro de SMATA y no con las elecciones de octubre.
Lo cierto es que más allá de las razones la obra social de SMATA quedó en la de la justicia a raíz de la denuncia de Fiori. Más allá de la denuncia por el faltante de dinero en la obra social, el expediente en el que se propicio el allanamiento tiene que ver con una denuncia por la falsificación de la firma de Romero en una reunión de Consejo Directivo en la que se avaló dicha intervención de la seccional.
Descartado por fuentes de distintos sectores que se trate de una disputa por el alineamiento político de cara a las elecciones desde SMATA señalan que lo que está en juego es la sucesión de Piganelli como secretario General. En ese marco la decisión de Pignanelli de impulsar a su hijo Sergio desató la ira de Romero que espera desde hace tiempo ocupar ese lugar.