El búnker del Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad rebozaba de satisfacción. Es que, en los papeles y por la fuerte polarización en la que se presentaba la elección, la sombra de un retroceso electoral estaba presente. Por eso, apostaron a quebrar la polarización asociando a las principales fórmulas al acuerdo con el FMI y buscando terciar en la elección. Al mismo tiempo, ampliaron la unidad incorporando a la coalición a un nuevo partido, el MST.
La satisfacción mutó en entusiasmo cuando los datos empezaron a mostrar no solamente que habrían de salir airosos de la polarización sino que incluso crecerían con relación a las PASO 2015.
La fórmula encabezada por Nicolás Del Caño y Romina del Plá, sobre el cierre de esta edición, y según los datos de sus fiscales, se consolidaba como cuarta fuerza a nivel nacional e incrementaba en un 10% los votos de 2015.
Una vez que se conocieron los resultados oficiales los candidatos celebraron la derrota del gobierno pero, enseguida, apuntaron los cañones contra los Fernández.
En conferencia de prensa, Nicolás del Caño destacó que «una parte del pueblo trabajador eligió el instrumento de los Fernández para castigar a Mauricio Macri». Y destacó: «Hicimos una buena elección. Con nuestros datos proyectamos un total de 800 mil votos superando las PASO de 2015. Registramos importantes elecciones en CABA donde puede ingresar Myriam Bregman al Congreso y en la provincia de Buenos Aires donde, además de Néstor Pitrola, tenemos la posibilidad de meter otro diputado».
Romina Del Plá, analizó que «esta derrota del gobierno no abre una salida para los trabajadores. Los intentos de condicionamiento del capital financiero van a ser más brutales que antes. Macri nos manda a dormir como una señal de que va a hacer su parte para una transición ordenada para el ajuste que tiene que hacer el FMI». «