En el kirchnerismo están seguros de cuál es el objetivo político del caso de los presuntos cuadernos –quemados– del remisero Oscar Centeno y las supuestas fotocopias. «Parar a Cristina. Quitarle margen para elegir», es la frase que escuchó en las últimas horas Tiempo de una fuente cercana a la senadora. En la dirigencia de Unidad Ciudadana, como también en el Instituto Patria, advierten que la decisión de impactar en la escena política con una réplica espectacular del Lava Jato brasileño apunta a frenar el proceso continuo de recuperación de voto e imagen entre los sectores independientes que estaba protagonizando la expresidenta. Lo que venían reflejando las encuestas producía algo parecido al pánico entre todos los enemigos políticos de CFK. Que son variados y –se sabe– incluyen desde actores políticos hasta judiciales, mediáticos e internacionales.
La propia Cristina sabe de esta estrategia. Sin embargo, durante su exposición frente a los delegados sindicales de SMATA, el viernes en Cañuelas, dijo que está dispuesta a pelear por la recuperación del sueño de una Argentina industrial y con pleno empleo. Quienes la escucharon in situ incluso interpretaron que CFK no descartaba asumir una candidatura y disputar en las elecciones, si eso fuera necesario.
La motivación electoral del momento elegido para la difusión del contenido de los supuestos cuadernos que ya no podrán ser peritados quedó en evidencia por múltiples vías. Desde columnas editoriales en los diarios hasta los dichos del sargento retirado de la Policía Federal Jorge Bacigalupo, supuesto entregador de la caja que pertenecía a Centeno al periodista de La Nación Diego Cabot: «El problema no son los que están sino que éstos (por el kirchnerismo) van a volver, si no se los para de alguna manera».
La dirigencia más importante del espacio nac-pop se manejó con prudencia en las primeras jornadas posteriores a la revelación del caso. Eso sí, lo que prima en las filas kirchneristas es la desconfianza y, sobre todo, la certeza de que en la investigación del chofer de Roberto Baratta están involucrados (en parte o en todo) los servicios de inteligencia. «Cristina Kirchner es el botín político. No me caben dudas de que acá hubo intervención de sectores de inteligencia», advirtió la abogada Graciana Peñafort en las últimas horas.
En Cañuelas, luego de su publicitado reencuentro con Hugo Moyano en el chalet del predio de SMATA, Cristina hizo un discurso de casi dos horas ante 800 afiliados. El equipo de prensa de la ex mandataria no transmitió en vivo la actividad, lo que hubiera permitido seguirla en vivo por Facebook. Lo que dijo la senadora en el auditorio sindical fue muy fuerte. Y ratificó que Cristina sigue dispuesta a representar la oposición frontal –sin acuerdos ni concesiones en aras de la gobernabilidad– a un gobierno y a un proyecto económico que ella advierte en progresiva e imparable descomposición.
«Compañeros, ¿alguien tiene dudas de que el próximo presidente será el presidente de las ruinas?», interrogó en voz alta la senadora. Y puso el acento en la devastación que dejará este mandato de Cambiemos al completar su período. «Abrir una economía como se abrió la de Argentina, abrir la cuenta capital (diferencia entre ingresos y egresos de una Nación) de la manera que se abrió, orilla entre lo suicida y lo criminal. Porque quita margen de maniobra», aseguró CFK. La exmandataria desafió a todos los dirigentes que quieren gobernar la Argentina a que expliquen cómo se podrá cumplir con los pagos de la deuda comprometidos por el gobierno macrista para los próximos años y al mismo tiempo sostener las obligaciones que todo Estado tiene con sus ciudadanos.
En su diálogo con los operarios del sector automotriz, Cristina dedicó un largo párrafo a contrastar la calidad de vida que tenían los trabajadores en el período 2003/2015 con lo que viven en el presente. «En mi gobierno, los trabajadores tenían el agua, la luz y el gas subsidiados, y para los alimentos teníamos políticas que permitían poner precios accesibles. Ahora les han puesto todos los precios relativos de la economía –combustible, luz y gas– en dólares pero a ustedes les pagan en pesos. ¿Se acuerdan lo que era ir al supermercado cuando estábamos nosotros? Era un paseo cada 15 días: llenaban los carros con lo que se les cantaba», rememoró. Y agregó que ese fomento al consumo promovía la rentabilidad de los empresarios vinculados al mercado interno.
CFK dedicó otro momento de la charla a definir qué es un cuadro político: «Es aquel compañero o compañera que puede interpretar lo que pasa independiente de lo que escucha o lee en el diario, que puede interpretar lo que pasa en su fábrica, sin necesidad de que le digan por qué». Por el tono, el contenido y el convencimiento que exhibió en SMATA, quienes fueron a Cañuelas se fueron con la sensación de que Cristina participará de las elecciones. Como arquitecta de una estrategia que la incluya en un rol clave. O, directamente, como candidata. «
Sospechan que permitieron la destrucción de los cuadernos
Desconfianza. Sospecha de estar frente a una acción contaminada por los servicios. Cautela a la hora de hacer declaraciones hasta que no se conozcan todos los elementos. Estas son las reacciones que circulan en el kirchnerismo ante el caso de los cuadernos. Los especialistas en temas jurídicos ligados a Unidad Ciudadana ponen el foco sobre una cadena de irregularidades procesales que salpican la causa. Un proceso que incluye desde la maniobra de fórum shopping hasta la existencia de presiones de tipo extorsivo sobre los empresarios detenidos. Sin embargo, lo más grave para abogados y legisladores que siguen el affaire es el tiempo transcurrido desde que el fiscal y el juez recibieron las fotocopias de los cuadernos hasta que ordenaron allanamientos en búsqueda de los originales. “Stornelli y Bonadio permitieron deliberadamente que se destruya la principal prueba de esta causa. Ese es el dato central que refleja que está armada. Están manipulando una investigación”, planteó Rodolfo Tailhade.
En sintonía con estos planteos, un grupo de intendentes bonaerenses difundió una solicitada en la que se acusa al “aparato mediático/político/judicial” de “intentar ensuciar al principal espacio y dirigente de la oposición con ridículas y delirantes causas judiciales”.