El presidente Alberto Fernández está de campaña. Su decisión de mantener su postulación, a pesar de la reticencia que eso provoca en el kirchnerismo y varios sectores peronistas, se mantiene firme. Es por eso que sus actividades de gestión se visibilizan con actos en el conurbano bonaerense y en las provincias.
Este miércoles se mostró con Jorge Capitanich en Chaco para inaugurar un Centro de Desarrollo Infantil (CDI), recorrer las obras de un acueducto y entregar viviendas en la localidad de Fuerte Esperanza.
El gobernador chaqueño había cuestionado esta semana la proliferación de candidatos y la estrategia electoral. Pero a la vez habilitó de palabra la postulación del presidente. “¿Puede ser el presidente, su jefe de Gabinete y el ministro de Economía candidatos? No es lo razonable. Debería tener el gobierno un representante, si es el presidente, será el presidente, si no será otro”, expresó, y pidió que el candidato que surja sea representativo de todo el espacio y emerja de una mesa política donde estén todos los dirigentes y dirigentas.
Un día después, Capitanich, un gobernador cercano a Cristina Fernández, recibió al presidente de manera efusiva y le agradeció por las obras en su provincia. Ambos-el gobernador y el presidente- criticaron la concentración de recursos en la Ciudad de Buenos Aires y se pronunciaron a favor de una distribución más federal.
Alberto dijo que Argentina «se dice federal pero no actúa como tal» porque «concentra mucha riqueza en el centro» del territorio, a la vez que llamó a distribuir esos beneficios en el resto del país.
Fernández viajó con dos de sus ministros cercanos, Victoria Tolosa Paz, de Desarrollo Social, y Gabriel Katopodis, de Obra Pública. También fue el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Santiago Maggiotti, un exintendente bonaerense que dejó el cargo para ocupar un lugar en el gabinete, trayectoria común de muchos funcionarios del gobierno.
Tolosa Paz es una de las funcionarias de origen bonaerense que no fue invitada el martes al encuentro de Merlo donde se reunió el grueso de la dirigencia peronista de la Provincia. Tampoco fue el intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta, ni el propio presidente. El mensaje del encuentro fue el reclamo de una mesa nacional para abordar la cuestión electoral. En territorio bonaerense ya quedó conformada. Pero el escollo que persiste es que desde el kirchernismo están en desacuerdo con la postulación de Alberto a la reelección y creen que su candidatura en una eventual PASO podría dividir el porcentaje final del Frente de Todos.