Alberto Fernández mostrará este lunes una platea de 200 personalidades a las que convocó a participar del plan para «terminar con el hambre en la Argentina» que diseñó junto a su equipo. Marcelo Tinelli, Juan Carr, Facundo Manes entre otros «líderes de opinión, religiosos, industriales y sindicales» respondieron a la convocatoria del candidato y se harán presentes este lunes a la mañana en el predio de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires.
Los tres dirigentes del equipo del Frente de Todos, que están a cargo de la convocatoria a personalidades y empresas nacionales e internacionales a esta «mesa de trabajo» son Santiago Cafiero, Daniel Arroyo y Victoria Tolosa Paz. Si bien en las oficinas del candidato evitan vincular nombres con ministerios, Arroyo es el hombre que por su formación quedaría al frente de Desarrollo Social. «Alberto me mandó a trabajar con el diseño de los planes sociales», reconoce el diputado.
Por lo pronto, los modelos que desde el equipo de Fernández tienen en la mira para diseñar el plan que por ahora tiene el nombre de «Argentina contra el Hambre» son dos. Uno es el programa Hambre Cero, que implementó el expresidente Inácio Lula Da Silva en Brasil en 2003. El otro es el que lleva adelante el gobernador de San Juan, Sergio Uñac, ponderado por Fernández durante su visita esta semana a la provincia. Fue el propio candidato presidencial quien en conferencia de prensa anunció que intentará copiar el programa de alimentación para embarazadas y recién nacidos Mis Primeros Mil Días, que Uñac lanzó en 2017.
Según explicaron fuentes partidarias a Tiempo, el plan propone aplicar medidas para paliar «no sólo el hambre entendido como la ausencia absoluta de alimentos sino también el problema de subalimentación, que hace que los chicos, en los primeros años de vida, no tengan los nutrientes que corresponde y padecen las consecuencias en su capacidad cognitiva. El programa sanjuanino consiste en implementar controles y suplementos dietarios, tanto para mujeres embarazadas como para los niños hasta los 24 meses de edad, para que los más chicos tengan los nutrientes necesarios para crecer y no presenten carencias en su desarrollo inicial.
Según contaron desde el espacio del Frente, fue el libro de Martín Caparrós, El Hambre, el que «movilizó» al candidato presidencial. Y bajo el lema que repite en cada acto: «Un presidente solo no puede acabar con el hambre» convocó a referentes de distintos sectores a comprometerse: «El plan necesitará la colaboración de empresarios, el aporte de científicos del Conicet y de universidades, de los productores, de toda la cadena comercial, de los sindicalistas y de los formadores de precios», explicaron en el Frente de Todos. Entre las empresas convocadas y que ya confirmaron su presencia para este lunes están los gigantes de Internet Facebook y Google.
Ante el diagnóstico de que en el país existen 15 millones de personas con inseguridad alimentaria, el plan que presentarán el lunes incluye la tan demorada Ley de Góndolas, que a pesar de ser impulsada a través de siete proyectos distintos, nunca llegó a tratarse en el recinto de Diputados. Es que esta iniciativa es resistida por los supermercadistas y productores de alimentos, como Daniel Funes de Rioja, titular de la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (Copal), quien a principios de mayo, cuando se intentaba debatir el proyecto en Diputados, había despotricado al sostener que la ley «no sirve para nada y es una interferencia en la actividad privada». El empresario se reunió con el candidato presidencial el miércoles como un miembro más de la UIA, sector empresarial convocado al «pacto social» albertista.
Uno de los proyectos de Ley de Góndolas fue impulsado por el Frente Patria Grande, que dirigen Juan Grabois y la abogada Elizabeth Gómez Alcorta, quienes propusieron una modificación para incluir a los sectores de la economía popular –como la agricultura familiar– y consiguieron también el respaldo de empresarios nacionales y pymes agrupados en ENAC.
Aquella gestión frustrada en Diputados tuvo sus frutos ahora ya que según contaron fuentes del Frente de Todos, se «evalúa la posibilidad de que tanto los grandes productores como aquellos que integran la llamada producción familiar, puedan valorizar su trabajo y participar del esquema» con el objetivo de facilitar el acceso a los productos de la canasta básica y garantizar el acceso a la alimentación a aquellos que están bajo la línea de pobreza y que hoy son asistidos por comedores, merenderos y organizaciones sociales.
«Es una convocatoria más que un plan ya delineado», explicaron fuentes albertistas, que recuerdan que el candidato presidencial lleva adelante una campaña con «pocas promesas y a la vez de mucha convocatoria a todos los sectores». «Cómo se va a llevar adelante recién se sabrá al momento de la gestión», detallaron. «
Tres propuestas para acceder al trabajo
Un diagnóstico elaborado por el diputado Daniel Arroyo indica que «el mercado laboral está totalmente trabado producto de la crisis», por lo que plantea dividir al universo de beneficiarios de planes sociales en tres para implementar políticas diferenciadas de acceso al mundo del trabajo.
«Está el grupo de los que, si la economía arranca, entran a trabajar; hay un segundo sector que aunque la economía vuele, tiene problemas de capacitación; y hay un tercer sector que está con problemas de adicciones, de salud, que es más difícil de insertar en el mercado laboral», explicó.
Las políticas de inclusión que se están evaluando son tres: incorporación a las áreas de la industria como construcción, textil, comercio, metalmecánica, frigoríficos; convivencia entre el trabajo en blanco y el plan durante 24 meses; y un sistema de créditos no bancarios con una tasa muy baja, de 2% o 3% anual, para la compra de herramientas y máquinas ya que sostienen que «gran parte de la gente genera su propio trabajo». Esta pata del plan apunta a artesanos, a pequeños emprendedores y a empresas recuperadas.