En una fuerte señal política internacional, en los últimos días se terminó de confirmar el viaje del presidente Alberto Fernández a Israel, para participar en Jerusalén del Foro Internacional de Líderes en Conmemoración del Día Internacional de Recordación del Holocausto y la Lucha contra el Antisemitismo.
El viaje del presidente Fernández marcará también el regreso de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner al ejercicio del Poder Ejecutivo hasta el sábado, cuando está previsto el regreso del jefe del Estado. El primer mandatario estará apenas días en Buenos Aires: el viernes 31 deberá estar en Roma para reunirse con el Papa Francisco.
Este viaje de AF, surgido en el marco de una invitación del Estado de Israel, será el primero del presidente argentino al exterior desde su asunción el 10 de diciembre. En ese contexto, está previsto que el mandatario comparta una cena con los jefes de Estado y representantes gubernamentales el miércoles, y luego una visita al museo del Holocausto el jueves, para participar del evento central ese mismo día. También hay expectativa por las reuniones bilaterales que el Presidente argentino pueda llegar a concretar con otros mandatarios.
En ese marco, desde la embajada israelí en Buenos Aires confirmaron al presidente Alberto Fernández la audiencia solicitada con el mandatario Reuven Rivlin. El encuentro bilateral entre los jefes de Estado se llevará a cabo el próximo viernes 24, a las 10, en la residencia presidencial de Jerusalén.
El mandatario argentino partirá este martes a las 14 horas junto a una reducida comitiva integrada por su pareja, Fabiola Yáñez; el canciller Felipe Solá; el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz; el diputado Eduardo Valdés y el vocero presidencial Juan Pablo Biondi.
Fernández será el segundo presidente argentino en visitar Israel, tras el viaje realizado por el entonces jefe de Estado Carlos Menem, en octubre de 1991. Pocos viajes inaugurales de los últimos mandatarios argentinos fueron fuera de la región: Néstor Kirchner eligió en 2002 Brasil, para la firma de un acuerdo de integración; Cristina Fernández fue a Uruguay en 2007 para un encuentro del Mercosur y a Francia en 2011, y Mauricio Macri optó por Paraguay, también para una reunión del bloque regional del cono sur.
El viaje de Fernández será, además, apenas días después de que Buenos Aires respaldara, junto a representantes de otros 34 países, la llamada Declaración Ministerial IHRA2020, que reafirma el compromiso a nivel mundial para garantizar el recuerdo del Holocausto y aborda nuevas responsabilidades ante los desafíos contemporáneos del creciente antisemitismo y la discriminación.
Fuentes de Cancillería difundieron algunos datos que ponen en contexto la relación bilateral y comercial con Israel: “La relación bilateral es diversificada en muchos sectores de interés, de muy buen nivel y vitalidad, con fluido intercambio de viajes y visitas de altas autoridades. En 2019 se celebraron los 70 años de relaciones diplomáticas entre la Argentina e Israel. En 2017, el Premier Benjamín Netanyahu visitó oficialmente la Argentina, primera visita al país de un Jefe de Gobierno israelí en ejercicio”, recordaron. “Existe un Mecanismo de ‘Diálogo’ entre ambos países: se desarrollaron dos rondas, en 2018 y 2019 en Buenos Aires, y una reunión técnica liderada por el Ministerio de Justicia en 2018”, rememoraron.
En cuanto a la relación comercial, las fuentes oficiales marcaron que “la importancia de Israel para nuestro país radica en múltiples aspectos: es un país con un alto ingreso per cápita, importador de alimentos, especializado en el desarrollo de alta tecnología y en la provisión de bienes y servicios con alto valor agregado, y reconocido internacionalmente como un modelo exitoso de sinergia entre la academia, el sector privado –con gran participación de pymes- y el Estado”.
Luego, habrá que ver el impacto geopolítico que tendrán las reuniones del presidente argentino, no sólo para el futuro de la relación bilateral con Israel, sino con países que son claves para las renegociaciones de la deuda externa argentina, entre ellos, Estados Unidos.