Este jueves el presidente de la Nación, Alberto Fernández, participará en Neuquén de la operación de YPF que dará comienzo a la construcción del gasoducto Néstor Kirchner, una obra destinada a ampliar la capacidad de transporte de gas y convertir al país en productor de energía. El presidente estará acompañado por toda el área de Energía, conducida por los funcionarios kirchneristas que se oponen a la suba de tarifas.
En Loma Campana, Añelo, también estará el secretario Darío Martínez, quien si bien se opone a la suba generalizada y apuesta a la todavía no nata segmentación por ingresos, la semana pasada inició el proceso de modificación de los subsidios a partir del llamado a las audiencias públicas no vinculantes.
También irá el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, autor del informe crítico de la quita de subsidios, en donde sostiene que para las clases medias que no están incluidas en políticas asistenciales el aumento puede llegar a ser del 60%. También se sumarán el interventor del Enargas, Federico Bernal, Agustín Gerez de IEASA y Pablo González de YPF. Todavía está en duda la presencia del jefe de Gabinete Juan Manzur y de varios gobernadores. Hasta el momento el único confirmado es Axel Kicillof.
Es que el tema tarifas sigue siendo uno de los nudos más importantes entre el albertismo y el kirchnerismo, presente desde el comienzo de la gestión del Frente de Todos, que incluyó intento frustrado de despido de Basualdo por parte de Guzmán.
El ex ministro de Energía Juan José Aranguren dijo hace poco que empezaron a pensar en el gasoducto en junio de 2019 y contó que lo quisieron llevar adelante a través de los caídos Proyectos Público Privado (PPP). Si bien se sabía que se iba a necesitar el gasoducto, Mauricio Macri congeló el precio de la nafta y la actividad en Vaca Muerta decayó. Fuentes del sector explicaron a Tiempo que durante la pandemia sobró gas en Argentina porque hubo menor actividad y las industrias no consumían.
Luego el gobierno lanzó el plan Gas.Ar y empezó a analizar la posibilidad de construir este gasoducto que costará 1500 millones de dólares, y según pudo saber Tiempo, será financiado en parte con partidas presupuestarias y en parte -unos 500 millones- con lo recaudado con el impuesto a las grandes fortunas que cobró el Estado el año pasado.
Si bien advierten que el gasoducto se necesitaba desde hace mucho, la falta de gas en Europa precipitó la decisión: “nadie en 2019 y 2020 iba a pensar en que iban a haber estos valores del gas”, explicaron. Es más, a partir de la reactivación industrial es la propia Vaca Muerta la que necesita del gasoducto para poder producir y trasladar más gas, ahora con estos precios internacionales, y eso fue producto del plan Gas.Ar, que generó un programa de incentivo fuerte.
La obra del gasoducto
El nuevo gasoducto va a ser construido en dos etapas. La primera conectará Tratayén (Neuquén) con Salliqueló (Buenos Aires) a través de 558km de caño que permitirá incrementar la capacidad de transporte en 24 MM m3/d. La segunda etapa permitirá llegar con gas natural al sur de la provincia de Santa Fe.
Esto abrirá la posibilidad a llegar a grandes centros urbanos e industrias del centro y norte del país, como así también la exportación a Brasil y norte de Chile. “A 10 años de una decisión estratégica como fue la recuperación de YPF tomada por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, la construcción del gasoducto es otro hito en el camino de lograr la soberanía energética”, comunicaron desde YPF.