El presidente Alberto Fernández aseguró este lunes que la Argentina le pide ayuda económica a Brasil cuando está en problemas como una forma de ratificar la amistad entre ambos países, al ser condecorado por su colega, Luiz Inácio Lula da Silva, con la máxima honra de la diplomacia brasileña, como parte de la celebración de los 200 años de relación bilateral formal.
En la primera visita de Estado de un mandatario argentino desde Néstor Kirchner en 2006 a Brasil, el presidente Fernández logró firmar un acuerdo del plan de acción de trabajo conjunto con Lula, quien adelantó que propondrá un auxilio para que el banco de desarrollo brasileño pueda financiar a las empresas que exportan a la Argentina con el objetivo de tengan garantía de cobro debido a las restricciones de divisas del Banco Central.
La gira incluyó una reunión de trabajo de una hora con Lula, un almuerzo para celebrar los 200 años de relación y una visita al Congreso y al Supremo Tribunal Federal, ocasiones en las que Fernández defendió la unidad latinoamericana y el respaldo a las instituciones de Brasil ante el intento del golpe de estado del 8 de enero perpetrado por seguidores del exmandatario Jair Bolsonaro.
«Nada es fácil, porque ustedes tienen un amigo en problemas, pero cuando uno está en problemas, ¿qué hace? Pide ayuda a los amigos. Y los amigos siempre están», señaló Fernández al agradecer la condecoración de la Orden del Cruzeiro do Sul en una ceremonia en el Palacio de Itamaraty, sede de la Cancillería brasileña, como parte de la visita de Estado de un día a Brasil.
Tanto Lula como Fernández ratificaron la unidad y la integración entre Argentina y Brasil, en la conmemoración de los 200 años de reconocimiento por parte del gobierno de las Provincias Unidas del Río de La Plata a la independencia brasileña, que había sido declarada el 7 de setiembre de 1822 por el Imperio del Brasil, por parte del entonces ministro Bernardino Rivadavia el 25 de junio de 1823.
La confederación que dio origen a la Argentina fue el primer país en reconocer a Brasil independiente.
«Brasil y Argentina nacieron para estar indisolublemente unidas. No hay ninguna posibilidad de que otra cosa ocurra. No hablamos el mismo idioma, pero tenemos iguales culturas, historias que compartimos y nuestros idiomas además cada vez se parecen más estamos inventando el portuñol y eso funciona», aseguró el presidente Fernández.
El mandatario argentino cumple su quinta visita en el año a Brasil, pero esta es la primera gira de Estado, en el marco también de las negociaciones que lleva adelante el vecino país a nivel interno para intentar conseguir financiación y garantías para las exportaciones hacia Argentina, permitiendo el flujo comercial para sus productos sin depender de la disponibilidad de divisas del Banco Central argentino para pagar el comercio exterior.
Fernández destacó la amistad personal con Lula y citó al poeta y músico Atahualpa Yupanqui: «Un amigo es uno mismo con otra cara».
«La frase es muy parecida a alguna idea que alguna vez sobre la amistad esbozó mi admirado Vinicius de Moraes, nuestro admirado Vinicius de Moraes, cuando dijo que la gente no hace amigos, simplemente los reconoce, porque efectivamente así pasa; uno no elige a sus amigos, se los encuentra en la vida. Nosotros los argentinos encontramos en nuestra vida al Brasil y los brasileños encontraron en su vida al pueblo argentino», expresó.
El Presidente también recordó que Brasil fue el primer país, junto con Bolivia, que repudió en el siglo XIX la usurpación de las Islas Malvinas por parte del Imperio Británico.
Al lado de su esposa Janja Da Silva y sus ministros, Lula condecoró a la primera dama argentina, Fabiola Yañez, con la Gran Cruz de la Orden de Rio Branco, patrono de la diplomacia brasileña.
Lula hizo un repaso histórico de las relaciones bilaterales y destacó también el inicio de la integración moderna binacional con los expresidentes Raúl Alfonsín y José Sarney, que sembraron la base del Mercosur.
«Nuestra integración es una política de Estado», sostuvo Lula en su discurso, y afirmó que la visita de Estado «no es un encuentro más».
Lula defendió el plan de trabajo conjunto iniciado desde que asumió el 1 de enero y sostuvo la búsqueda de financiamiento para agilizar el comercio con Argentina, a la vez que reflotó la idea de crear una moneda comercial regional sin eliminar el peso y el real para comerciar sin depender del dólar.
También destacó que está trabajando en la financiación integral de las exportaciones hacia Argentina con el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) y calificó como «positiva» la marcha de la financiación para las obras del gasoducto Néstor Kirchner que deben llegar al estado sureño de Rio Grande do Sul para comprarle gas a la Argentina.
Estas dos iniciativas están incluidas en el documento del Plan de Acción Bilateral, una hoja de ruta de la diplomacia conjunta con inversiones, financiación, proyectos de derechos humanos sociales y culturales que le están dando en 2023 un salto en el nivel de la relación.
«Estoy muy satisfecho de las perspectivas positivas de financiación del BNDES, la exportación de productos para la construcción del gasoducto. Estamos trabajando en la creación de una línea de financiación integral para las exportaciones brasileñas a Argentina. No tiene sentido que Brasil pierda espacio en el mercado argentino a favor de otros países porque ellos ofrecen crédito y nosotros no. Todos ganan, las empresas y trabajadores brasileños y los consumidores argentinos», sostuvo Lula.
La Explanada de los Ministerios de Brasilia apareció toda la jornada con banderas argentinas y brasileñas, como parte de la visita de Estado realizada por Fernández, que incluye una reunión en el Congreso y en el Supremo Tribunal Federal.
Los mandatarios mantuvieron una reunión de trabajo de una hora con sus principales colaboradores en el Palacio del Planalto, la sede del gobierno.
De la reunión, que se inició poco antes de las 13.30 en el tercer piso del Planalto, participaron también el canciller Santiago Cafiero y su par brasileño, Mauro Vieira; el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, y el asesor especial brasileño Celso Amorim.
La delegación argentina también estuvo integrada por Gabriela Cerrutti, el diputado Eduardo Valdés y el asesor presidencial Victor Vitobello.
Apenas arribó hoy a Brasilia, el Presidente aprovechó para agradecer desde sus redes a Scioli por su gestión diplomática y por haber depuesto sus «aspiraciones personales» de cara a las elecciones presidenciales de este año en el país.
«Seguimos fortaleciendo la relación con Lula y nuestro país hermano. Daniel hizo un extraordinario trabajo para recuperar la relación que se había roto y lo continúa ahora con más y mejores acuerdos. Quiero agradecerle especialmente a mi compañero y amigo la generosidad y compromiso demostrado para deponer deseos personales y privilegiar el bien del país, como ha hecho siempre en su valiosa trayectoria», escribió Fernández en su cuenta de Twitter.
Como se trató de una visita de Estado, Fernández se reunió en el Senado con el titular de ese cuerpo, Rodrigo Pacheco, quien anunció que trabajará con Lula para dotar al gobierno de herramientas para poder auxiliar a la Argentina sobre todo en la restricción de divisas impuestas por la sequía y las obligaciones con el FMI.
Fernández también defendió la institucionalidad en América Latina al condenar el golpe del 8 de enero durante su reunión a la sede del Supremo Tribunal Federal, cuya presidenta, Rosa Weber, comandó el encuentro que incluyó al juez supremo Alexandre de Moraes, quien lleva adelante los procesos contra le extrema derecha bolsonarista.
El presidente habló de la importancia de las cortes superiores para resistir presiones políticas y rectificar fallos, poniendo de ejemplo a la actuación del tribunal brasileño que anuló y declaró parcial al exjuez Sérgio Moro, que había condenado a Lula por motivos políticos.