Alberto Fernández tiene el camino libre para instalarse como líder regional y lo piensa aprovechar. Tras la caída libre de Jair Bolsonaro y las dificultades políticas y sociales que atraviesa Sebastián Piñera, el presidente argentino -fiel a su estilo- sobrevuela las diferencias políticas con su par chileno y concretó la primera visita formal de Estado al país vecino. El proyecto de cable submarino transpacífico, que conectará América del Sur con el Asia Pacifico fue el logro más destacado por el gobierno nacional en medio de la tensión con las empresas de internet.
Si bien Alberto Fernández ya había llevado adelante un encuentro pre pandemia con Emmanuel Macron en Francia, la invitación que hace más de tres meses cursaron las autoridades chilenas, se convirtió en la primera visita de Estado del presidente, ya que esta vez también sumó encuentros con referentes de los tres poderes republicanos. Fuentes oficiales de Cancillería confirmaron a Tiempo que Fernández había solicitado poder reunirse también con dirigentes de la oposición, ya que Piñera se encuentra sobre la recta final de su mandato, y destacaron la predisposición que hubo del otro lado de la cordillera al aceptar el pedido del mandatario argentino. Fernández se reunió con la presidenta del Senado, Adriana Muñoz; y con su par de la Cámara de Diputados, Diego Paulsen, en el edificio del ex Congreso Nacional de Chile; y con el titular de la Corte Suprema de Justicia, Guillermo Silva, en el Palacio de los Tribunales.
Por la noche, recibió en la residencia oficial de la embajada Argentina, a cargo de Rafael Bielsa, a un grupo de intelectuales y dirigentes políticos chilenos pertenecientes a la oposición.
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La cuestión comercial, la infraestructura y la cooperación en salud fueron los tres ejes plasmados en acuerdos. “El objetivo es afianzar el vínculo político con el Ejecutivo, con el resto de los poderes y generar un diálogo con la oposición. Sobrevolar las diferencias ideológicas que son claras nacidas de distintas miradas políticas”, explicaron fuentes diplomáticas.
Lo que más entusiasmó al gobierno local, en medio de la tensión con las empresas de conectividad, fue el acuerdo para avanzar en la interconexión fronteriza de fibra óptica y participar del proyecto de cable submarino transpacífico, que conectará América del Sur con el Asia Pacifico. La Argentina aportará un capital todavía no determinado y la modalidad se establecerá entre las autoridades del ARSAT y la entidad chilena Desarrollo País. Incluso en medio de los aumentos no autorizados de los servicios de cable e internet ambos países acordaron “avanzar conjuntamente hacia la universalización de los servicios de las tecnologías de información y comunicación”.
Según comunicaron, Piñera manifestó el interés de Chile en los servicios de internet satelital de alta velocidad que brindará el tercer satélite argentino de telecomunicaciones ARSAT SG-1 que está en pleno proceso de construcción en Argentina.
El cable de fibra óptica habilitará una integración Australia, Nueva Zelanda y todo el sudeste asiático desde Chile y Argentina, “fundamental para una integración sur-sur”, explicaron.
Este miércoles, el presidente se reunirá con el ex mandatario chileno Ricardo Lagos en la Fundación Democracia y Desarrollo. Luego brindará una charla magistral desde la sede de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) donde será recibido por su secretaria ejecutiva, Alicia Bárcena. También tiene agendado un encuentro con empresarios en la residencia de la embajada argentina en Chile.
De la visita oficial participan el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el canciller, Felipe Solá; los ministros de Defensa, Agustín Rossi, y de Salud, Ginés González García; el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello; el secretario de Comunicación y Prensa, Juan Pablo Biondi, y la asesora presidencial, Cecilia Nicolini. Además están los gobernadores de Catamarca, Raúl Jalil; de La Rioja, Ricardo Quintela; de Salta, Gustavo Sáenz, y de San Juan, Sergio Uñac.