Este sábado desde Chaco, Alberto Fernández llamó a la unidad del Frente de Todos y por primera vez desde que se desató la discusión interna dentro del oficialismo hizo un reconocimiento expreso a Cristina Fernández. “Unidad en la diversidad” y el crecimiento de la derecha fueron los argumentos. Este cambio de postura del presidente hacia la vicepresidenta apareció recién ahora en la superficie, pero se viene gestando desde hace rato a través de vasos comunicantes con terminal en el Senado.
La herramienta propuesta por el cristinismo para saldar las discusiones dentro de la interna oficialista fue la institucionalización el Frente de Todos. Atrás quedaron las mesas de cancilleres o la posibilidad del café entre los dos integrantes de la cúpula. La propuesta es territorializar la herramienta política de gobierno y para eso los gobernadores son clave. En la Provincia de Buenos Aires, la tarea de institucionalización había empezado hace rato. En parte, producto de eso surgió la propuesta del ministro de Obra Pública, Gabriel Katopodis, de incluir a Cristina en las decisiones de gobierno. Sin embargo, la primera provincia en realizar un Congreso institucionalizador fue Chaco. “La Provincia de Buenos Aires es más compleja”, explicaron fuentes bonaerenses.
Quizá haya sido la estela que dejó Cristina, ya que este sábado, afecto a los números, Jorge “Coqui” Capitanich contabilizó 144 congresales, 36 miembros del Consejo Provincial y 31 del Comité Ejecutivo del FdT Chaco. Como recompensa, el mandatario provincial tuvo un escenario rodeado de militancia y estética frentetodista para dar un discurso propio de un precandidato presidencial, en el que mencionó a la CGT y la CTA, el campo, la industria y el comercio.
En ese contexto de institucionalidad, “Coqui” invitó al presidente de la Nación y del PJ, Alberto Fernández, para cerrar el acto, al que le entregó una “carta orgánica, una metodología de organización”. El presidente – que venía de compartir un locro con el Movimiento Evita y un acto con la UOCRA- aceptó el convite del norteño y viajó con el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti; el secretario de Relaciones Parlamentarias, Fernando Navarro, y el diputado nacional Julio Pereyra.
“El día que nos dividimos, Macri fue presidente” dijo Alberto. “No dejen que nos dividan. Nunca más deben dividirnos. En el 2023 queremos volver a darles a los argentinos la alegría de tener un Gobierno que se ocupa de ellos. Nosotros tenemos un deber: seguir luchando por una patria, libre, justa y soberana”, subrayó el jefe de Estado y advirtió: “Tenemos diferencias, pero el enemigo nuestro no está en el Frente de Todos, el enemigo nuestro es esa derecha maldita que quiere volver a someter al pueblo argentino». El presidente agregó: “No perdamos de vista dónde está el verdadero peligro, en esa derecha impiadosa que tuvo un presidente que generó el mayor desastre social que la Argentina recuerde y que anda por los canales dando clases de gobernabilidad, eso es lo peor que nos puede pasar».
También mencionó a Cristina luego de mucho tiempo. “Entre el año 2003 y el 2015, fecha en que empezó a gobernar Néstor y dejó de gobernar Cristina, el salario real 2015 creció 19 por ciento. Y desde 2015 a 2019 cayó un 20 por ciento. Miren lo que costó hacer subir el salario real en esos doce años y cómo lo destruyeron en tan solo cuatro años. Eso fue lo que heredamos”, destacó el presidente, en lo que puede ser una concesión al planteo de la vicepresidenta sobre la pérdida adquisitiva de los salarios en medio de una tensa puja distributiva. Después, la volvió a nombrar dos veces más, cuando relató cómo el gobierno de Mauricio Macri paralizó la terminación de la construcción de los hospitales de la gestión anterior.
En su discurso Alberto recordó su gestión frente a la pandemia, el esfuerzo en obra pública y sanitaria para evitar la saturación de los hospitales, y la falta de respiradores, un punto fuerte de su gestión que había quedado tapado por la actual situación económica. También habló del Fondo, el punto de quiebre con Cristina, y recordó el freno a los desembolsos.
“Yo les prometí que iba a resolver ese problema y no lo iban a pagar los más necesitados. Pudimos hacer honor porque arreglamos con el fondo sin reforma previsional ni laboral, ni achique de la inversión”, sostuvo. Pidió la sanción de la ley de agroindustria y destacó las inversiones como la producción de hidrógeno verde. “Lo último que quisiera que pase es que, cuando lleguen esos dólares, gobiernen la Argentina los que se apropian de la riqueza”, dijo, y parafraseó a Cristina, esta vez sin nombrarla: “Van por sus derechos”.