Era la final más esperada de este encuentro de líderes mundiales en Buenos Aires. Por el peso de sus economías y por el impacto que tiene una guerra comercial entre los dos jugadores más grandes en el resto del mundo, parecía que los demás jefes de estado eran teloneros en un escenario preparado para que se sacaran chispas o arreglaran un acuerdo que calmara las aguas. Finalmente, la cena entre Donald Trump y Xi Jinping termin{o con aplausos en un clima que dio para la foto familiar para el recuerdo. No es que hayan sellado la paz, pero se dieron espacio para una tregua.
Declaraciones desafiantes del estadounidense en la previa, la zancadilla al gobierno argentino esbozada en el comunicado de la prensa sobre lo conversado en la bilateral Trump-Macri más la información de que había muerto el ex presidente George Bush padre daban el entorno necesario para suspender el cónclave sin que sonara a un desaire de nadie.
Los chinos no mostraban demasiado interés a esa altura en que los mandatarios se encontraran y que por la contraparte norteamericana no había mucho para añadir a lo ya dicho hasta ese momento.
Trump, que unas pocas horas antes había firmado un nuevo acuerdo de libre comercio con México y Canadá podía exhibir un logro a su vuelta a Washington. Pero en el fondo, los dos tienen más que perder si al menos para las fotos no muestran una actitud civilizada.
«Vamos a llegar a algo que sea bueno para China y EEUU», dijo Trump antes de ingresar al salón donde se celebró la cena clave de este G-20. «La cooperación es la mejor opción para China y Estados Unidos», dijo Xi. Dos horas después, la cena había concluido y si bien no hubo comunicado oficial, la oficina de prensa estadounidense dijo que Xi le había dado las condolencias por Bush y que de su parte le pido solucionar “el problema del fentanyl”, un opiáceo usado en medicina pero que también tiene usos recreativos. “Criminalizarlo en China sería una gran cosa”, dijo Trump.
Xi, a su turno, insistió en que “solo con la cooperación entre nosotros podemos servir al interés de la paz mundial”. «Como dos países importantes con gran influencia, asumen responsabilidades importantes en la promoción de la paz y la prosperidad mundiales», dijo Xi, según la agencia oficial Xinhua, cuando aparecían las primeras fotos de la mesa en el Palacio Duhau., del Hotel Hyatt, donde se alojó Trump.
Todo un gesto el de Xi, aceptar el encuentro en «cancha visitante». La cena, regada con un malbec de Catena Zapata, fue en tono amable, destacan los testigos citados por un diario de Hong Kong.
Trump había anunciado en marzo pasado la suba de aranceles al acero y el aluminio que venían de China con una frase que tiene todo su estilo desafiante a través de un tuit, su medio de comunicación más utilizado, la red twitter : “Las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar».
La réplica no se hizo esperar y Beijing también anunció gravámenes por unos 60 mil millones de dólares sobre productos norteamericanos, entre ellos gas natural licuado, aeronaves, computadoras, químicos y vino.
En setiembre, hubo una nueva escalada, con la imposición de nuevos aranceles a unos 6000 artículos producidos en el país asiático, entre los cuales figura arroz, textiles, bolsos y papel higiénico. A lo largo del año lasd penalizaciones sumaron unos 20 mil millones de dólares.
Los dos líderes acordaron reunirse luego de mantener una conversación telefónica a principios del mes pasado. Pero a medida que se acercaba la fecha de este encuentro con Xi, fue doblando la apuesta. Con un pie en el avión que lo traería a Buenos Aires, dijo a los periodistas que intentaron obtener un título, «Creo que estamos muy cerca de hacer algo con China pero no sé si quiero hacerlo».
El 1 de enero próximo deberían entrar en vigencia nuevos aranceles a productos chinos por 200 mil millones anuales. China “debe abrirse a la competencia con los Estados Unidos”, insistía el martes pasado el inquilino de la Casa Blanca. Tras la cena con Xi, Trump partió hacia Washington para las ceremonias fúnebres por Bush. Xi permanece una noche más para ver a Macri. «