Ese miércoles 17 de octubre de 1945 fue un hecho histórico, tal vez irrepetible, porque mostró el sentir del pueblo trabajador obrero, unido y organizado sindicalmente que logró liberar al apresado Coronel Juan Domingo Perón, el líder indiscutible que pudo dignificar la vida de la clase trabajadora.
Le dio vida al pueblo mostrando que la movilidad social ascendente existía y que se podía sostener desde una Comunidad Organizada viva y activa.
Cuando desde la Secretaría de Trabajo Perón firmó el «Estatuto del Trabajador Profesional de la Salud», los médicos no se imaginaron que ese estatus que la profesión otorgaba se degradaría de manera evidente con el tiempo. Hoy, los profesionales de la salud estamos sometidos al pluriempleo, con bajas remuneraciones y condiciones de trabajo inadmisibles a pesar de llevar a cabo la tarea de ayudar a las personas que sufren. Aprendimos que la lucha debe ser colectiva muchas décadas después.
En este contexto de ajuste y crueldad hacia la clase trabajadora sigo esperanzado en que emerja otro 17 de octubre como el de 1945.