El 24 de marzo pasado, en medio de la jornada conmemorativa por el Día de la Memoria, el actual jefe de Gobierno Jorge Macri vitoreó el accionar de miembros de la Policía de la Ciudad, porque habían detenido a una persona que se había atrincherado en Villa Urquiza usando una pistola Taser. De alguna manera el mandatario porteño vaticinaba una de sus “políticas” más fuertes en materia de seguridad: la llegada de las armas Byrna y Taser en todo el distrito.
Estos dispositivos, considerados como una especie de arma de tortura por las principales organizaciones internacionales de Derechos Humanos, se expandieron rápidamente en la Ciudad, en especial en las zonas más transitadas. Tras su llegada a la red de subtes en octubre pasado, el jefe de gobierno porteño anunció que las armas ahora se implementan en los centros comerciales.
“Cuando llegamos, dijimos que se terminaban las excusas para que las armas no letales no estuvieran en la calle. Ya las incorporamos en el subte y a partir de ahora, los efectivos de la Policia de la Ciudad, que prestan servicio en las zonas comerciales más concurridas, también van a estar armados con Taser y Byrna”, anunció Macri en sus redes sociales. “Basta de discusiones ideológicas, a mí no me van a correr. En la Ciudad, la seguridad es prioridad”, apuntó el ex intendente de Vicente López.
Aunque fue una de las promesas de campaña, el mandatario PRO, sabía que estos dispositivos eran muy cuestionados por gran parte de la sociedad y rechazado por las organizaciones de DD HH. Por esta razón, el GCBA comenzó a realizar algunas jornadas del uso de armas Taser con vecinos de diferentes barrios. En octubre pasado, Tiempo difundió uno de esos encuentro que se realizó en el barrio de Villa Lugano.
Si bien en agenda tenían más encuentros de este tipo, una fuente del Ministerio de Seguridad reconoció a este medio que la primera jornada no tuvo buena repercusión y se inscribieron pocas personas, razón por la cual, tuvieron que llenar el instituto de Seguridad Pública de Lugano (lugar donde se realizó el encuentro) con empleados públicos de la cartera y de Participación Ciudadana.
“La discusión sobre las armas no letales quedó atrás. Cuando asumimos, no había ninguna Taser ni Byrna en la calle. Hoy ya tenemos 475, y para fin de año van a ser cerca de 600. El mes pasado comenzamos a utilizarlas en nuestra red de subtes y el objetivo es cubrir todas las estaciones”, manifestó Jorge Macri, mientras supervisaba el despliegue de los policías armados en la zona comercial de Avenida Santa Fe y Coronel Díaz, pleno Palermo.
De acuerdo a la información oficial brindada por el GCBA, “hoy los policías de la Ciudad cuentan con 90 pistolas Taser distribuidas en zonas comerciales, subtes y calles, y 500 Byrnas de las cuales 385 ya están operativas, ya que a medida que se van capacitando los oficiales, estas armas entran en servicio” .
Las Byrna funcionan a base de dióxido de carbono. Se utilizan en lugares más amplios y permiten reducir a una persona a 20 metros de distancia. Lanza proyectiles sólidos o químicos, como balines que al impactar se fragmentan y liberan una sustancia similar al gas pimienta.
“Tanto las Taser como las Byrna son dos armas similares, pero no se usan en las mismas situaciones, y las dos permiten reducir al delincuente sin poner en riesgo al resto de los vecinos», sostuvo Jorge Macri.