Adrián Paenza está enojado. El hombre del eterno tono amable que durante 15 años se dedicó a generar curiosidad e interés sobre la ciencia en millones de personas desde la pantalla de la Televisión Pública no puede entender la vocación de destrucción con la que avanza el gobierno sobre el área a la que dedicó su vida. Hace unos días terminaron con el plan Conectar Igualdad, explica a Tiempo. De todos los planes que había, haber abortado la posibilidad de que chicos de todo el país tengan acceso a una computadora es realmente vergonzoso. Es la demostración más clara de que no les interesa nada, de que vienen por todo. Hay que ser muy mal parido para no tener una sensibilidad mínima para mantener eso y darle a los chicos la oportunidad que ellos y nosotros tenemos. Desde ese lugar, haber hecho eso es vergonzoso y vergonzante, plantea.
Su voz no se altera y sus formas tampoco. La matemática le enseñó a convivir con problemas y frustraciones hasta encontrar una solución. Por eso lleva el tema consigo a cada evento de su cargada agenda de compromisos. Y su voz, reconocida internacionalmente por la divulgación de investigaciones, hoy se dedica en gran medida a poner en agenda el reclamo de la comunidad científica.
Yo siento que digo las mismas cosas que decía hace muchos años, cuando discutíamos entre los científicos por los salarios, el presupuesto, los subsidios, las becas. Básicamente si llegábamos a fin de mes. Pero por ocho o diez años discutimos proyectos. Y eso fue un salto cualitativo brutal, explica. Y para peor, añade, ellos mintieron al decir que iban a llevar la inversión al 1,5% del PBI cuando lo que hicieron en realidad fue reducirlo. Esas cosas no es que salieron mal, estaban planificadas. El Estado le sobra a este gobierno. Si pudieran cerrarlo y hacerse cargo todas las empresas privadas y que cada una gestione por su lado, estarían encantados. Hasta las cooperadoras de las escuelas públicas podrían ser rentables para ellos.
-Hace años que vivís entre EE UU y Buenos Aires. ¿Qué impresión te llevas del último viaje?
-Veo un deterioro muy fuerte del país. Vivimos durante algunos años una época que creí que no iba a vivir. Con todos los errores y los distintos abordajes o discusiones que debimos darnos y no nos dimos, yo creía de todas maneras que la elección no se iba a perder aún con Scioli como candidato. No creí que el país iba a terminar votando a una persona que representa al establishment, a la oligarquía, a todos los principios que nosotros no. Porque cuando hablamos de grieta hablamos de dos modelos claros de país. El de Cambiemos, que gobierna para las pequeñas minorías y las grandes corporaciones (entre ellas la mediática encabezada por Clarín). Mientras que en el que tenían los Kirchner los intereses afectados eran justamente los de los poderosos, aún con los problemas, serios errores y corruptelas que hubo. Pero eso pasa porque el grupo de personas que encabezan la política de Argentina están extractadas de la sociedad que vivimos. No son daneses o japoneses, somos nosotros. No hay ejemplos de la historia argentina en la que no haya habido episodios de corrupción. Lo que pasa es que en otros momentos había una justicia independiente y hoy uno de los problemas más serios del país es que no solo están cooptados los grandes medios que terminaron siendo el partido opositor del anterior gobierno y que ahora gobiernan; sino que además cuentan con el brazo armado que es la policía, la Gendarmería y demás. Porque este modelo sin represión no cierra. Por eso ya hubo y sigue habiendo represión. Pero en algún momento se va a radicalizar más porque los tarifazos y las formas con que se arremete contra los asalariados van a provocar una reacción, como dijo el otro día el jefe de Policía Bonaerense Fabián Perroni.
-¿Y cómo ves que afecta esa diferencia en el día a día?
-Los intereses que afectaba Cristina, muy poderosos, tenían muchas maneras de manifestarse. A través de los grandes medios fundamentalmente. Ahora los intereses tocados son de más gente pero con menos poder adquisitivo y tienen muchas menos formas de manifestarse. Pero mientras la clase media mantenga su coto privado de caza y no se sienta afectado Por ahora, a dos años de gobierno de Macri, no la han afectado al punto de salir a la calle. En 2001 sí pasó eso, cuando tocaron los ahorros la clase media se juntó a los piqueteros y terminaron tumbando al gobierno. La clase media terminó decidiendo y por ahora eso no pasa. Pero con el dólar yéndose al diablo y con los salarios que no crecen
-Parece difícil que la población vea los efectos de la desinversión en ciencia. ¿Cómo se puede transmitir esa preocupación?
-El país tuvo durante muchos años una inversión importante en ciencia. Eso permitió que empezáramos a generar nuestros propios radares, nuestros propios satélites, nuestras propias semillas y productos farmacológicos. Recuperó el petróleo y lo que tenía que ver con YPF. La construcción de reactores nucleares, las posiciones orbitales que estaban por perderse. Lo que hay hoy es la entrega. La pérdida de soberanía. El proyecto neoliberal que encabeza Macri muestra un desinterés genuino y claro con la industria nacional y en particular la ciencia. ¿Producir para qué? Si podemos comprar todo. Volvemos a la época donde exportábamos granos y ganado para importar productos manufacturados con el valor que le daban afuera. Yo sé que no hay dinero infinito, entonces hay que tomar decisiones. Establecer prioridades es hacer política. Si te importa más la deuda interna que la deuda externa, las consecuencias se van a ver en el largo plazo. Lo mismo sucede con la ciencia. Estamos generando profesionales de excelencia que están listos para producir para la Argentina, pero los eyectamos del sistema. Es como cocinar una torta, poner los ingredientes, y una vez que la tenés lista se la regalás al exterior. Si querés comerla te cobran diez veces lo que valía y te ponen condiciones.
-Al gobierno sí le parece interesar la matemática aplicada a la programación y los algoritmos, como lo demuestran sus campañas en redes sociales.
-Eso está sucediendo en todo el mundo. Son las armas que usó Trump para ganar en Estados Unidos también. En la matemática aplicada a este tipo de cosas hay desempleo cero. Así que ni siquiera llegan a recibirse los alumnos que ya los vienen a contratar a la facultad. La Argentina tiene condiciones porque tiene muy buena calidad en sus profesionales y son buscados en todas partes. Y ahí se ve el problema de la falta de inversión. Yo ya tengo muchos alumnos distribuidos por el exterior de manera increíble. En vez de producir para el país están haciéndolo para afuera. Es esquizofrénico. Difícil de explicar. «
Libros para ayudar a pensar a grandes y chicos
Hace siete años que Adrián Paenza es una de las figuras estelares de la Feria del Libro. Es el tiempo que lleva su contrato con Penguin Random House para editar ejemplares de ciencia. Pero en los últimos dos, el doctor en Matemática reconocido por su labor en divulgación científica por la Unión Matemática Internacional, sumó una nueva experiencia a su carrera: los libros infantiles. «Son adaptaciones de los libros para adultos. Lo que hice fue modificar la historia un poco y hacer algunas cosas un poco más sencillas. Porque creo que la diferencia es que los chicos son personitas que han vivido menos», explica Paenza. «Quizás no tienen la capacidad para tener un razonamiento más complejo y por eso elegí problemas que no tuvieran un nivel de elaboración que requiriera una gran concentración o mucho tiempo. Que fueran entretenidos y que pudieran jugar. En definitiva los otros libros no fueron pensados para un grupo determinado», agrega.
Parece que todas las acciones de Paenza tienen un mismo fin: generar inquietudes y motivar la reflexión. «Creo que la Matemática está todo el tiempo en la búsqueda de patrones. Entonces uno se va entrenando para hacer eso. No hay una única manera de abordar los problemas, muchas veces aparecen chicos y grandes que proponen alternativas que nunca se me hubieran ocurrido. Siempre se dice que el buen científico es aquel que mira donde miraron todos pero ve algo que no vio nadie. Esencialmente es la búsqueda de promover y disfrutar de pensar. Y sobre todo de aprender a coexistir con un problema en la cabeza. Porque no es que la solución a un problema aparece de manera inmediata. Hay que aprender a frustrarse también. Es importante sentirse y exhibirse vulnerable. Y eso quiero poner en mis libros: que a mí también me cuesta. Porque uno suele mirar a los docentes o los padres como personas que resuelven las cosas rápido o fácil, pero lo que no te dicen es todas las veces que intentó y fracasó.