Seis días antes del ataque contra Cristina Fernández de Kirchner, una integrante de Revolución Federal le dijo al líder de esa agrupación de ultraderecha: “contá conmigo. La actividad, bala. Tengo unas ganas de usar mi 9 mm”.
La militante de Revolución Federal, que hasta ahora no había aparecido en la investigación (ni la del atentado, ni la de las actividades del grupo violento, que insólitamente se siguen tramitando por separado) ya había propuesto en oportunidades anteriores utilizar un arma nueve milímetros contra la vicepresidenta.
El 27 de agosto de 2022, cuando el intento de magnicidio no figuraba en el imaginario de nadie, una supuesta mujer identificada en el teléfono de Morel como “Dali Revolución” le expresó textualmente: “Yo no estoy en el grupo pero costa conmigo la actividad bala tengo unas ganas de usar mi 9 mm”.
Dali Revolución tiene un supuesto nombre y apellido. Sin embargo no aparece ni en las redes sociales, ni en las bases de datos personales de riesgo crediticio, ni en los sitios habituales de consulta cuando se busca a una persona en el ciberespacio. Por eso, el fiscal Gerardo Pollicita le pidió, con carácter de urgente, al juez Marcelo Martínez de Giorgi, que la busquen. Podría tratarse del eslabón definitivo que relacione a Revolución Federal con el intento de magnicidio.
La precuela del atentado contra Cristina
Aquel 27 de agosto no fue la primera vez que “Dali Revolución” aludió a la posibilidad de matar a la vicepresidenta.
Según documentación a la que accedió Tiempo, se trata de una integrante de al menos tres grupos de WhatsApp vinculados con la organización de extrema derecha violenta: “ZONA NORTE ACTIVISMO”, “Revolución Federal” y “ALERTA RevoluciónFederal”.
Entre julio y agosto de 2022, la supuesta usuaria (la búsqueda judicial lleva a una mujer, aunque no está claro que efectivamente lo sea) en tres oportunidades hizo alusión a “la posible tenencia de un arma de fuego .9mm”.
El 25 de agosto, poco más de una semana antes del ataque contra la vicepresidenta, Jonathan Morel subió a un grupo de Whatsapp que ambos integraban un video de Youtube de la señal de cable C5N que muestra –según su propia leyenda- “la llegada de Cristina Kirchner rodeada de militancia”.
““Una granada ahí (…) Mi límite es la 9 mm que tengo”, responde Dali Revolución.
El 22 de julio, en respuesta a un video compartido en uno de los grupos, identificado como “Video: Manifestantes autoconvocados amenazaron de muerte a Cristina Kirchner”, afirmó: “no es una mala idea tengo una 9 mm cualquier cosa me avisan”.
El comentario completo, en contexto, muestra a Dali Revolución analizando las imágenes y reflexionando que “lo que fue agresivo fue el mensaje de amenaza de muerte” proferida por los manifestantes contra la vicepresidenta. Es allí cuando sostiene: “Que no es una mala idea tengo una 9 mm cualquier cosa me avisan”.
El 25 de julio, otra integrante de Revolución Federal, Sabrina Basile (hija del ex entrenador de fútbol Alfio “Coco” Basile) difundió una convocatoria para concurrir el sábado 30 a “la Rural” con el objetivo de “defender al campo”. Los militantes debían responder si iban a concurrir y, en ese caso, “qué podrían llevar”.
Dali Revolución respondió: “Tengo una 9 mm y el mástil de la bandera (el consolador de la cerruti) y tengo fas pimienta” (sic). Las alusiones parecen apuntar a la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, y a la tenencia de “gas pimienta”. Y, claro está, el arma nueve milímetros.
Entre las medidas de prueba que reclamó el fiscal Pollicita figura que “Identificada quien sea la persona en cuestión, consulte a la ANMAC si la misma se encuentra registrada como Legítimo Usuario de Armas de Fuego y si cuenta con armamentos identificados a su nombre”.
Además, pidió un entrecruzamiento de comunicaciones entre la línea que utilizaba “Dali Revolución” (que está identificada, incluso con la empresa prestadora del servicio de telefonía celular) “con relación a las líneas utilizadas por los imputados del expediente”.