No parecen buenos tiempos para Mark Zuckerberg. Y no es que no hubiera estado avisado. Ya hace mucho tiempo que las autoridades estadounidenses le vienen dando señales concretas de que se convirtió en un personaje tan poderoso como amenazante. Pero esas disputas con el gobierno de Donald Trump, el Congreso y hasta autoridades europeas, entra en una nueva etapa que si el futuro ocupante de la Casa Blanca se anima, podrían dejar bastante golpeado al monopolio que supo construir este aventajado alumno de Harvard. En concreto, la Comisión de Competencia de Estados Unidos (FTC) y fiscales de 48 estados presentaron una demanda por abuso de posición dominante y culpan a FB por las adquisiciones de Instagram, WhatsApp. Al mismo tiempo, la Unión Europea anunció que obligará a que asuma mayor responsabilidad por el control del contenido ilegal o pagar una multa del 6 por ciento de su facturación. Los mismo le exige a Amazon.
Ian Conner, director de la Oficina de Competencia de la FTC, explicó su postura. «Las acciones de Facebook para afianzar y mantener su monopolio niegan a los consumidores los beneficios de la competencia. Nuestro objetivo es revertir la conducta anticompetitiva de Facebook y restaurar la competencia para que la innovación y la libre competencia puedan prosperar».
El argumento es que la compra de Instagram en 2012 a 1000 millones de dólares, y de WhatsApp en 2014 a 22.000 millones no tenía otro objetivo que el de eliminar a fuertes competidores de su producto. La agencia también cuestiona que FB obligue a los desarrolladores de software a aceptar sus condiciones, una queja silenciosa pero persistente de los especialistas informáticos. Los fiscales, en tanto, reclaman ser informados por cualquier adquisición que haga FB mayor a 10 millones de dólares.
El Financial Times, a su vez, adelantó un documento de la UE en el que exigen a las plataformas garantizar una mayor transparencia de publicidad y comunicar a los usuarios «de manera clara e inequívoca y en tiempo real» que están viendo un anuncio publicitario, así como quién lo publica y por qué han sido elegidos como destinatarios. El diario recordó que es la primera vez que los órganos reguladores europeos definen como «plataformas muy grandes» a aquellas que tienen más de 45 millones de usuarios o su número representa el 10% de la población de la comunidad.
«El proyecto en cuestión va dirigido hacia las compañías (en este caso Facebook y Amazon) debido a su influencia desproporcionada sobre los usuarios de internet en la UE», puntualizó.