A medida que pierde protagonismo, Volodimir Zelenski busca aumentar la apuesta para conseguir mayor apoyo de la OTAN y Estados Unidos y ahora sostiene que para ganarle a Rusia solo tiene dos caminos: el ingreso a la OTAN o fabricar una bomba atómica. Es que las fichas en estas últimas semanas están del lado de Medio Oriente por la ofensiva israelí ahora centrada en el Líbano y porque la muerte del comandante de Hamás, Yahya Sinwar, fortaleció la embestida en la Franja de Gaza (ver aparte). De tal manera que el presidente ucraniano peregrinó estos días por Bruselas, donde dio detalles más precisos e inquietantes sobre su “Plan para la Victoria” del que venía hablando en la previa. Pero resultó una osadía que levantó las protestas de sus “amigos” europeos y el rechazo de Moscú, que lo consideró una extorsión lisa y llana. Tan es así que el propio Zelenski tuvo luego que “aclarar” que no dijo lo que había dicho.
La situación en el frente de combate es desesperante para las tropas ucranianas, según admiten fuentes militares de la OTAN y el gobierno de Zelenski. De allí su necesidad de buscar ayuda extra, que ya no pasa por más armamento porque en realidad lo que escasea es la “mano de obra”, entre la enorme cantidad de bajas y los desertores, que no se pueden cubrir con el reclutamiento de ciudadanos cada vez más jóvenes. Pasó en mayo de 27 a 25 años y se estudia bajarlo más aunque las imágenes de levas sorpresivas en las calles muestran que todo el que puede escapar trata de hacerlo. Señal de que ya no tienen la esperanza de un triunfo y ni siquiera de volver vivos. Un trabajo de la cadena CNN confirmó, en tal sentido, que Kiev está llevando al frente a presos comunes o por delitos graves para suplir las carencias.
“El Plan de la Victoria» es fortalecernos y obligar a Rusia a sentarse a la mesa de negociaciones con todos los socios o con algunos representantes en una Cumbre. Porque Rusia es tan simple: si Europa está dividida, el mundo está dividido, si el mundo es débil, entonces Rusia no se pondrá de acuerdo en nada”, escribió Zelenski en su cuenta de Telegram. La primera versión del Plan era que lo autorizaran a usar armas de largo alcance para atacar en territorio de la Federación de Rusia “para que los rusos sepan en carne propia lo que es la guerra”. Como si la historia de esas regiones no lo supiera desde la cuna.
El problema es que la OTAN no tiene la menor intención, al menos por ahora, de entrar en una guerra total, como ocurriría en caso de autorizar semejante operación. Por otro lado, la incursión en la región de Kursk que se desplegó el 6 de agosto no dio ninguno de los resultados previstos. No obligó a Moscú a retirar tropas del frente ucraniano ni logró consolidarse. Más bien los ucranianos quedaron encerrados en un bolsón y según el Ministerio de Defensa ruso perdieron ya “más de 22.300 soldados, 150 tanques, 71 vehículos de combate de infantería, 98 vehículos blindados de transporte de personal, 907 vehículos blindados de combate, 608 vehículos de motor, 185 cañones de artillería, 36 lanzacohetes múltiples, incluidos nueve HIMARS y seis MLRS de fabricación estadounidense”, entre otros artefactos.
Zelenski trata de mostrar optimismo ante sus socios, que están mejor enterados que él de que en el Donbass, luego de que Vuhledar cayera en manos rusas, las tropas del Kremlin van por Pokrovsk para terminar de completar el predominio en Donetsk. Se nota que el clima no le es favorable porque no encuentra apoyos concretos: esta semana el canciller alemán, Olfa Scholz, se mostró “escéptico” ante su Plan, un modo de ningunear la propuesta. Además, en una minicumbre en Berlín con Emmanuel Macron, Joe Biden y Keir Starmer, mandatarios de Francia, EE UU y Reino Unido respectivamente, le palmearon la espalda con promesas de más ayuda pero le siguen prohibiendo que use armas de largo alcance.
En Bruselas ya le habían adelantado que eso de la membresía en la OTAN todavía está verde y que no espere los misiles crucero Taurus. En cuanto a las armas nucleares, el presidente ucraniano deslizó que “Ucrania tiene los conocimientos y los materiales para construir una bomba atómica en semanas”. Desde los medios de comunicación le recordaron que su país firmó acuerdos de no proliferación y que no le van a permitir pasarlos por alto. Entre otras razones porque eso habilitaría que esos documentos se convirtieran en papel mojado. En este contexto es que el excomediante sacó otro conejo de la galera. Esta vez la novedad no salió de su boca, pero fue como si lo hubiera hecho: su ministro de Asuntos Exteriores, Andri Sibiha, dijo que “tropas norcoreanas están invadiendo Europa” y que hay que organizarse para la defensa continental.
“Corea del Norte apoya la agresión rusa contra Ucrania con armas y personal. No con mercenarios, sino con unidades regulares que Moscú planea utilizar como carne de cañón. La comunidad euroatlántica debe reconocer el hecho de que Corea del Norte está invadiendo Europa al lado de Rusia y hay que actuar sin demora», reclamó, según un cable de la agencia EP. En medio de la campaña electoral para el 5 de noviembre, Donald Trump se dio tiempo para asegurar que de ganar el comicio, en 24 termina la guerra y agregó, lapidario: “Zelenski es el mayor vendedor de la Tierra”.