Impulsa una «izquierda moderna y renovada» y lideró un triunfo que arañó los 4 puntos de ventaja, cuando los presagios hablaban de empate técnico. «Es un candidato híbrido que tiene en cuenta al área metropolitana, pero tiene en cuenta que este país no termina en el Río Santa Lucía», había dicho Mujica
En campaña enfatizó que sus banderas políticas serán la unión del país, la seguridad, la educación y la inclusión. Cuando ya se había confirmado su triunfo, en el escenario aseguró: “Voy a ser el prersidente que construya una sociedad más integrada, un país más integrado. Voy a trabajar muy fuerte por un Uruguay mejor”.
Un negociador
“Soy de la helada del ‘67. En el campo todos saben de qué se trata”. Nació el 13 de junio de ese año, el día más frío del siglo, en el poblado rural de Santa Rosa, del departamento oriental de Canelones,. Su madre (Carmen Martínez) era costurera y su padre (Pablo “Bebe” Orsi) trabajaba en una viña del campo hasta que en 1972 una hernia de disco le cortó esa tarde, por lo que abrió una despensa. El pibe también trabajaba allí, mientras sus hermanas le enseñaban a leer y a escribir. “Con cinco años recién cumplidos leía el diario. Los parroquianos se sorprendían…”
De muy pibe le tenía miedo a la Luna. En su casa no se hablaba de política, pero de preadolescente se fanatizó de la música de Alfredo Zitarrosa, y por ahí le entró a Los Olimareños, Daniel Viglietti, Abel García y Larbanois & Carrero. Tuvo una consecuencia determinante: su apego a la política, su adhesión a la izquierda. Su posterior cercanía al Pepe Mujica.
El próximo presidente de Uruguay será del Frente Amplio. Yamandú Ramón Orsi Martínez, 57 años, casado con Laura Alonso Pérez, con quien hace 12 años tuvo dos hijos mellizos: Victorio y Lucía. Docente de historia y político, profundo conocedor de la música folclórica, buen cocinero, “pero mejor jugador de fútbol, de pibe jugaba descalzo hasta que se iba la luz ”, según proclama. Hincha de Peñarol. Tuvo educación católica, e incluso fue monaguillo en una capilla, pero hoy se define como agnóstico.
Tras la dictadura uruguaya que duró desde 1973 a 1985, Yamandú estudió durante cuatro años el profesorado de historia, y luego comenzó a ejercer la docencia, adscripto en liceos del departamento de Maldonado, mientras seguía su labor de almacenero. En los 90 ingresó a la política, como militante raso del Frente Amplio, que crecía elección tras elección, tanto en Montevideo como en su distrito Maldonado. Hasta que llegó el año mágico de 2005. Tabaré Vázquez ganó la presidencia de la Nación por el FA y Yamandú ingresó como secretario general de la Intendencia de Canelones. Desde entonces no abandonaría la gestión política y la administración pública. Trabajó muy cerca de Marcos Carámbula, el exintentente. Y cada vez frecuentaba más seguido la chacra de Mujica, de Rincón del Cerro.
Una década después se convertiría en el intendente de Canelones, pegado a la capital, el segundo departamento más poblado del país. En la primera ocasión, obtuvo un respaldo popular significativo con el 58%. En 2020 llegó al 61%. El prestigio que fue cobrando su administración en ambos períodos consecutivos lo catapultó a la cúspide partidaria. El Pepe, nada menos, le daría el empujón definitivo. En las elecciones internas de junio pasado, compitió con Carolina Cosse, la intendenta de Montivideo durante el mismo lapso que Orsi lo fue en Canelones. El triundo de su lista, la del Moviviemto de Participación Popular (MPP), el del Pepe y Lucía Topolanski, fue abrumador. Se convirtió formalmente en el candidato a presidente por el Frente Amplio.
Hacer poco le preguntaron: “¿Quién es Yamandú Orsi?”. Respondió: “Un uruguayo optimista, progresista de izquierda, que le gustan mucho los contactos, los afectos y poder transformar para bien una realidad que para muchos es muy dura”.