El balance de empleados de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente (Unrwa) muertos por ataques israelíes contra la Franja de Gaza aumentó a 88, según un comunicado conjunto de organismos humanitarios de la ONU.
«El número de trabajadores de organizaciones humanitarias muertos desde el 7 de octubre, incluye 88 empleados de la Unrwa. Esta es la mayor pérdida de la ONU jamás registrada en un solo conflicto», señaló el texto.
El comunicado fue firmado por el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths; el director general da la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, y la directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Catherine Russell, entre otros.
Los firmantes emitieron anoche una inusual declaración conjunta expresando indignación por el número de muertos civiles en Gaza y pidiendo un «alto el fuego humanitario inmediato» en la guerra.
«Durante casi un mes, el mundo ha estado observando la situación que se desarrolla en Israel y el territorio palestino ocupado con conmoción y horror ante el creciente número de vidas perdidas y destrozadas», dijeron las autoridades, de acuerdo a un reporte de la agencia de noticias AFP.
En Gaza, «una población entera está asediada y atacada, se le niega el acceso a lo esencial para sobrevivir, se bombardean sus hogares, refugios, hospitales y lugares de culto. Esto es inaceptable», señalaron.
Los responsables de la ONU dijeron que se debe permitir la entrada de más alimentos, agua, medicamentos y combustible a Gaza para ayudar a su población sitiada mientras Israel ataca con el objetivo declarado de destruir a Hamas.
«Necesitamos un alto el fuego humanitario inmediato. Han pasado 30 días. Ya es suficiente. Esto debe parar ahora», exhortaron en el comunicado.
Camino a las 10 mil muertes
A casi un mes del ataque de Hamas en territorio israelí y el inicio de las hostilidades, los intensos bombardeos por parte de Israel sobre la Franja de Gaza ya causaron cerca de 10.000 muertos, de los cuales casi la mitad son niños y niñas, según las autoridades de Gaza.
De acuerdo al último balance de ayer, 9.770 personas murieron, incluidos 4.800 niños, en los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza desde el comienzo del conflicto, provocado por la incursión de militantes de Hamas a Israel, donde el 7 de octubre mataron a más de 1.400 personas y secuestraron a más de 240, entre ellas una veintena de nacionalidad argentina.
Pero los ataques israelíes de anoche mataron a más de 200 personas en el norte del territorio palestino y en la Ciudad de Gaza, según informó el Gobierno de Hamas, en el poder en la Franja de Gaza, por lo que la cifra ronda los 10.000 muertos.
Hoy, el Ejército israelí llamó de nuevo a los civiles a abandonar el norte de la Franja de Gaza, bombardeado sin descanso en represalia por el ataque lanzado hace casi un mes.
En paralelo a su campaña de ataques, Israel libra desde el 27 de octubre ofensivas terrestres contra Hamas, movimiento al que prometió «aniquilar».
El Ejército anunció este lunes que había llevado a cabo «ataques significativos» en el territorio y afirmó que sus soldados estarían «menos limitados» para actuar si los civiles se van hacia el sur del enclave.
Según el general Daniel Hagari, vocero del Ejército israelí, los soldados que operan en Gaza dividieron el territorio en dos, «Gaza sur y Gaza norte». Los combates más intensos tienen lugar en el norte, donde, según Israel, se encuentra el «centro» de Hamas.
«Entonces podremos desmantelar a Hamas, bastión tras bastión, batallón tras batallón, hasta que logremos el objetivo final, que es liberar a toda la Franja de Gaza, de Hamas», dijo el vocero israelí a la agencia de noticias AFP.
Ayer, los líderes de las principales agencias de la ONU publicaron un comunicado conjunto para expresar su indignación ante el creciente número de víctimas.
«Necesitamos un alto el fuego humanitario inmediato. Han pasado 30 días. Ya basta. Esto debe detenerse ahora», escribieron, pidiendo también a Hamas que libere a los más de 240 rehenes que mantiene retenidos desde el 7 de octubre.
Los bombardeos afectan duramente a la población civil gazatí en este pequeño territorio de 362 kilómetros cuadrados poblado de 2,4 millones de habitantes.
Desde el 9 de octubre la Franja de Gaza está en un estado de «completo asedio» por parte de Israel que ha cortado los suministros de agua, electricidad y alimentos.
La Franja ya estaba sujeta a un bloqueo israelí por tierra, mar y aire desde que Hamas -considerado como una organización terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea e Israel- tomó el poder en 2007.
El Ejército israelí volvió a responsabilizar hoy a Hamas de construir túneles debajo de hospitales, escuelas y lugares de culto para ocultar combatientes y planificar ataques, una acusación que el movimiento islamista negó repetidamente, y que sirve de justificación a Israel para bombardear esas instalaciones públicas.
En Israel, más de 1.400 personas fueron asesinadas el 7 de octubre durante el ataque de Hamas, sin precedentes por su escala y su violencia desde la creación de Israel en 1948.
Al menos 350 soldados israelíes murieron desde que comenzó la operación terrestre, según el Ejército.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, cuyo país se opone a un alto el fuego que cree que beneficiaría a Hamas, repitió ayer el «compromiso de Estados Unidos para la entrega de ayuda humanitaria vital» a Gaza, durante una visita a Ramallah, en Cisjordania, ocupada por Israel desde 1967.
Más de 150 palestinos murieron en este territorio por disparos de soldados o colonos israelíes desde el 7 de octubre, según la Autoridad Palestina.
Hoy, un palestino fue abatido en Jerusalén Este, anexada por Israel, tras apuñalar a dos mujeres soldado. Una de ellas fue gravemente herida y la otra sufrió heridas leves.
El Ejército israelí anunció también hoy la detención de la célebre militante palestina de 22 años Ahed Tamimi por incitación al terrorismo, acusación que su madre niega enfáticamente.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, indicó ayer que su país estaba «trabajando entre bastidores» con sus aliados regionales para tratar de garantizar un flujo ininterrumpido de ayuda humanitaria.
Erdogan cortó el contacto con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y retiró al embajador de Ankara en Israel. También decidió no reunirse con Blinken, quien mantuvo conversaciones en Ankara hoy con su homólogo turco, Hakan Fidan.
La guerra convirtió barrios enteros de la Franja de Gaza en campos de ruinas y provocó el desplazamiento de 1,5 millones de personas dentro del territorio, según la ONU.
Por su parte, el paso fronterizo de Rafah, que une Gaza con Egipto, se abrió parcialmente el 21 de octubre para permitir el tránsito de convoyes humanitarios, aunque la ayuda ingresa a cuentagotas.
Un total de 451 camiones pasaron hasta el sábado, según la ONU. Y el rey de Jordania anunció el lanzamiento para hoy por la fuerza aérea jordana de ayuda médica de emergencia en Gaza, destinada a un hospital de campaña jordano.
Otro foco de tensión es la frontera norte de Israel con Líbano, donde los disparos entre el Ejército israelí y Hezbollah -aliado de Hamas y apoyado por Irán- hacen temer un desborde del conflicto.
Desde el 7 de octubre, 81 personas murieron en el lado libanés, según un recuento de AFP, incluidos 59 combatientes de Hezbollah. Seis soldados y dos civiles murieron en el lado israelí.