«¡Paren de matar al pueblo!» Así reza uno de los carteles pegados sobre las vallas que tapan sin vergüenza la Embajada de Perú en Argentina. Frente a la sede diplomática encajada en la parte más oligarca de la oligarca Avenida Del Libertador, entre la noche del jueves y la mañana de este viernes se realizó una «Vigilia por la Libertad del Pueblo Peruano», organizada por el Comité Patria Grande.
Desde diciembre pasado, cuando fue derrocado por un golpe parlamentario el presidente Pedro Castillo, el país andino-amazónico atraviesa una crisis institucional, política y social teñida de sangre. El gobierno de facto de Dina Boluarte, exvice de Castillo, se mantiene en el poder a base de balas, palos y acuerdos con la derecha más rancia del Perú, incluidos los sectores ligados al exdictador Alberto Fujimori. Ya se han registrado 70 muertes en las protestas a lo largo y ancho del país hermano.
La situación en Perú
Desde el 7 de diciembre, las marchas en el Perú no se han detenido: los manifestantes, principalmente en Lima y en las regiones del sur del país, demandan la renuncia de Boluarte, la salida del Congreso y el adelanto de elecciones para el 2023. La respuesta del gobierno ha sido una violenta represión policial y militar. En este contexto, una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) afirma de que existe una fuerte estigmatización por factores étnicos y raciales hacia los manifestantes, sobre todo en el discurso de algunas autoridades para generalizar a personas indígenas y campesinas como terroristas.
El Comité Patria Grande exige que se garantice, resguarde y protejan los Derechos Humanos violados por el gobierno de Boluarte, que se asegure la libertad de expresión -el cerrojo informativo de los grandes medios es férreo- y los derechos fundamentales del pueblo peruano. «Dictadura Nunca Más», fue otra de las consignas en la vigilia. Un cartel con los rostros de las 70 víctimas de la represión y cintas negras quedaron pegadas en las vallas de la embajada peruana. Un símbolo de la represión y la barbarie estatal que sufre el Perú.