A una semana de la asunción de Luis Arce como el nuevo presidente de Bolivia, empieza a definirse el tablero político de lo que será esta nueva etapa del Movimiento al Socialismo (MAS) en el gobierno, del cual Evo Morales no participará por decisión propia. Una gestión enfocada en la recuperación económica y social tras los retrocesos que impuso la gestión de facto de Jeanine Áñez tras el golpe y en, al menos, el intento de condenar los posibles crímenes que se hayan cometido. Sobre el primer aspecto, Arce viene reuniéndose en los últimos días con los sectores productivos y sociales reconstituyendo relaciones y estableciendo alianzas. Con el eslógan “vamos a salir adelante” mostró en sus redes encuentros como el que tuvo junto con el Ampliado Nacional del Pacto de Unidad, conglomerado de organizaciones sociales clave en el sostenimiento de su espacio político. Lo que aún no se define, al menos en materia de difusión pública, es la conformación del Gabinete. Al cierre de esta edición no había nombres esbozados y fuentes cercanas al MAS sostenían que aún era terreno altamente disputado. Por otro lado, hasta que el nuevo mandatario no se coloque la banda, las bases viven por estos días una “tensa calma”, apelando al recurrido oxímoron. “Estamos muy pendientes si surge un golpe. No se planea salir a confrontar porque sería dar excusas al ministro de gobierno para meter bala y hasta gestar un autogolpe”, confiaron a Tiempo. Si bien la previsión puede sonar desmedida, los militantes no quieren pasar por demasiado confiados. “El imperio jamás descansa y la última vez los subestimamos”, dicen.
Acerca de la representatividad del Gabinete y de las dudas acerca de cuánta influencia pueda tener el expresidente, fue el propio Evo el que adelantó que no participará. «A Lucho Arce yo le dije que no voy a ser parte, que no me tomen en cuenta. No me corresponde», asumió. Aunque sí dijo que está dispuesto a «compartir experiencias» y a «cuidar a Lucho», pero aclaró que ni siquiera va a sugerir nombres para ministros. Por otro lado se refirió a las corrientes que piden que su entorno se mantenga alejado del nuevo Estado. “Algunos compañeros creo que se equivocan. Dicen que no al entorno del Evo, pero el entorno del Evo que más ha durado es Lucho Arce con (el vicepresidente electo) David Choquehuanca. ¿Quién es el David, quién es el Lucho? Ese es el entorno, son los decanos del entorno”, aseguró.
Evo tiene previsto regresar a Chimoré, departamento de Cochabamba, el 11 de noviembre. Según supo este medio, llegaría primero a la ciudad fronteriza de Villazón el lunes 9, para iniciar desde allí una caravana de dos días. Es decir que no asistirá al acto de asunción del domingo 8. “Ese día el protagonista es el compañero Lucho Arce», señaló para que no queden dudas.
El jueves, la Asamblea Plurinacional coronó a los nuevos titulares de las cámaras y nombró como presidente del Senado nada menos que a Andrónico Rodríguez, el joven dirigente cocalero y politólogo de estrecha cercanía con Evo. Fue incluso uno de los considerados para sucederlo antes de optar por Arce. En diputados fue nombrado el docente y exfuncionario de Cancillería, Freddy Mamani.
En su última sesión antes de renovar las bancas, el pleno de la Asamblea Plurinacional aprobó el informe final de la Comisión Especial Mixta de Investigación sobre “la posible vulneración de derechos y garantías constitucionales en las movilizaciones de Senkata, Sacaba, Yapacani y otros” por lo cual pidió a la Fiscalía General que promueva un juicio de responsabilidades a la presidenta de facto, Jeanine Áñez, bajo los cargos de “genocidio, sedición, asesinato, asesinato en el grado de tentativa, lesiones graves, lesiones seguidas de muerte, asociación delictuosa y desaparición forzada de personas”. Áñez aseguró que se quedará en Bolivia para defenderse y que es “inocente”.