El papa Francisco reclamó un «no a la violencia en La Araucanía porque, adujo, termina volviendo mentirosa la causa más justa». Fue durante una misa dedicada al «Progreso de los pueblos» para miles de personas, incluidos mapuches de Argentina y Chile, antes de almorzar en privado con un grupo de miembros de los pueblos originarios.
Jorge Bergoglio aprovechó su paso por la ciudad de Temuco para condolerse con «todos los que sufrieron y murieron» durante la última dictadura militar chilena (1973-1990). En el aeródromo local, a unos 600 kilómetros al sur de Santiago, funcionó un centro de detención y tortura bajo el régimen de Augusto Pinochet.
Al mismo tiempo destacó que se necesita «la riqueza que cada pueblo tenga para aportar, y dejar de lado la lógica de creer que existen culturas superiores o inferiores. En el mismo tono conciliador, el sumo pontífice dijo que «es imprescindible reconocer que una cultura del reconocimiento mutuo no puede construirse en base a la violencia y destrucción que termina cobrándose vidas humanas».
«No se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro, porque esto lo único que despierta es mayor violencia y división», aseguró el papa ante las miles de personas que desde la noche anterior lo estaban esperando en esa región que fue víctima de varios ataques relacionados con la visita papal.
El papa escogió visitar Temuco para tomar contacto directo con indígenas mapuches, la etnia más importante de Chile, que denuncia discriminación y abusos y reclama la restitución de territorios ancestrales hoy en manos privadas.
Por el momento, el saldo es de un policía herido, tres templos católicos y uno evangélico con daños de diversa consideración, y vandalismo a tres helicópteros de empresas forestales, según autoridades chilenas.
Los autores de los atentados registrados en esa zona dejaron panfletos en las iglesias alusivos a la demanda mapuche que exige la restitución de tierras.
«Las policías están trabajando en los sitios del suceso apenas ocurrido los repudiables ataques en contra de carabineros, iglesias y helicópteros, indicó Mahmud Aleuy, subsecretario del Interior.
Estos ataques se suman a los sufridos contra dos pequeñas iglesias que quedaron totalmente destruidas.
Los ataques incendiarios son frecuentes en la región de La Araucanía, donde en los últimos años se cuentan más de cien atentados contra maquinaria forestal y templos religiosos.
La unidad, «si quiere construirse desde el reconocimiento y la solidaridad, no puede aceptar cualquier medio para lograr este fin», dijo Francisco, porque la violencia, «más que impulsar los procesos de unidad y reconciliación, terminan amenazándolos».
Después de la liturgia, el papa se reunió con un grupo de indígenas para posteriormente regresar a Santiago.
El papa llegó este ofició una multitudinaria misa en el aeródromo de Maquehue, en una región en plena tensión por el conflicto mapuche.
Pese a este ambiente tenso, el papa se desplazó en papamóvil, saludando a las miles de personas que flanqueaban la carretera hasta el aeródromo.
«¡Francisco, amigo, el sur está contigo!», gritaban desde la megafonía.
Desde la medianoche, miles de fieles iniciaron la vigilia en la base aérea, a la que accedían después de recorrer más de tres kilómetros a pie.
Envueltos en mantas o bolsas de dormir, con gorros y parkas para soportar el frío de la noche en el sur de Chile, los peregrinos aguardaron por horas la misa de Francisco, el segundo pontífice que visita la ciudad después de Juan Pablo II en 1987.
«Creo que vale la pena (el sacrificio), porque el mensaje que trae el papa Francisco lo necesitamos hace mucho tiempo en nuestro país. Han pasado 30 años desde la última visita (de un papa) y creo que eso nos va a llenar a nosotros los chilenos, de paz, de esperanza y de fe», había dicho a la AFP Jessica Pinto, que viajó más de tres horas para poder ver a Francisco.
«Me siento muy bien, porque es una visita muy esperada. Espero que esto nos haga sentir muy bien a todos como personas y nos unamos mas; somos un país solidario pero se ha perdido esa fe y espero que con la visita del papa esta fe la podamos retomar», afirma de su lado el peregrino Francisco Vera.
La visita de Francisco a Temuco «refleja su preocupación por una zona que ha vivido tensiones importantes, con quienes quiere compartir un mensaje de paz y donde busca llevar unas palabras de esperanza que posibiliten el encuentro entre las personas», dijo recientemente el coordinador nacional de la Comisión que organiza su visita a Chile, Fernando Ramos.
En la región se asientan la mayoría de las comunidades mapuches, que antes de la llegada de los conquistadores españoles en Chile en 1541, eran dueños de las tierras desde el río Biobío hasta unos 500 kilómetros más al sur.
Pero tras sucesivos procesos, fueron reducidos a vivir en cerca de un 5% de sus antiguos dominios.