El candidato independiente nacionalista Calin Georgescu, considerado pro-ruso por su mensaje de No a la guerra, dio la sorpresa al asegurarse la continuidad en la segunda ronda de las elecciones presidenciales rumanas del 8 de diciembre, acumulando más de dos millones de votos y asegurándose una ventaja de al menos 300.000 sobre el siguiente puesto, con más del 99 % del voto escrutado, según las informaciones del órgano electoral. El actual primer ministro, Marcel Ciolacu, se quedó fuera de la segunda vuelta después una reñida disputa con la conservadora Elena Lasoni, que se dirimió por apenas unos votos.

Georgescu dio la sorpresa absoluta frente a unos sondeos que no lo situaban ni entre los tres primeros puestos, habría recibido casi el 23 %de los votos, casi seis puntos porcentuales más que el siguiente candidato. El veterano político, que ya ocupó diferentes carteras en gobiernos anteriores, es conocido por su oposición a la Unión Europea y la OTAN, así como por su revisionismo del fascismo rumano y por posiciones consideradas de extrema derecha. Catedrático de la Universidad de Pitesti, a 100 kilómetros de Bucarest, se presenta como experto en medio ambiente. Algunos recordaron que también tuvo un pasado como yudoka.

Su rival será la candidata conservadora Elena Lasoni. «Prometo que lo daré todo para estar a la altura de sus expectativas», dijo, tras hacerse oficial que estará en las papeletas del 8 de diciembre.

Según los analistas de la cadena rumana Antena24, la candidatura de Georgescu se vio alimentada por un fuerte descontento con la política tradicional. Su mensaje, rotundo en temas de soberanía y defensa de los intereses nacionales, resonó en una parte significativa del electorado rumano. Además, Georgescu fue la figura de una campaña masiva en redes sociales, en especial la plataforma TikTok.

Rumanía atraviesa un momento crucial, ya que enfrenta desafíos económicos y sociales, mientras que el presidente electo deberá gestionar un contexto geopolítico cada vez más tenso en Europa del Este, marcado por la guerra en Ucrania y las crecientes tensiones con Moscú.

Menos nítida es la presunta conexión de Georgescu con Rusia, aunque el ingeniero de 62 años llegó a declarar en abril que «la sabiduría de Rusia brinda a Rumania una oportunidad porque, en este momento, Rumania no está preparada para nada, ni diplomática ni estratégicamente». Además, resaltó un mensaje de paz en estos momentos críticos para el continente. «El pueblo rumano gritó esta noche, paz, y lo hizo muy fuerte», dijo ni bien se conocieron los resultados.

ALG con Europa Press