El Supremo Tribunal de Justicia (STJ) de Brasil postergó hasta el 6 de noviembre la decisión final que puede derivar en la liberación del expresidente Luiz Inácio “Lula” Da Silva, después de que una jueza se pronunciara en favor del ex jefe de Estado.
En la audiencia que lleva varios días, deben votar los once jueces del STJ, pero se suspendió cuando la votación estaba cuatro a tres a favor de la constitucionalidad de mantener preso al expresidente sin todos los recursos de apelación agotados. La decisión del presidente del máximo tribunal brasileño, José Antonio Dias Toffoli, estaba prevista por los largos tiempos que lleva presentar cada posición.
El debate dentro de los miembros del tribunal es básicamente si un acusado puede permanecer en libertad hasta que su condena haya sido confirmada en tercera instancia, como dice el Código Penal de ese país, o si es suficiente con una condena en segunda instancia. El cambio del voto de la jueza Rosa Weber, muy cercana a Sergio Moro, quien intentó presionarla hasta último minuto, podría dar lugar a una nueva mayoría que revise la doctrina iniciada en 2016 que permitió que Lula quedara preso.
La magistrada en su fallo citó el artículo 5° de la Constitución de Brasil: “nadie será considerado culpable hasta el tránsito en juicio de la sentencia penal condenatoria”. Y argumentó que “el Supremo es guardián de la Constitución, no su autor”.
Todavía faltan cuatro votos de este debate, que además puede beneficiar a otros 5.000 presos en situación procesal similar a la de Lula. Las expectativas en este sentido no son altas. Sin embargo, dado el último fallo de la jueza Rosa Weber a favor de apoyar las garantías constitucionales algunos analistas jurídicos vislumbran una posible victoria de quienes promueven que se necesita agotar todas las instancias de apelación.
En noviembre deberán votar los jueces Carmen Lucia Antunes, Celso de Mello, Gilmar Mendes y, en caso de empate deberá desempatar el presidente del tribunal, Días Toffoli. A la primera se la considera partidaria de mantener la doctrina Lava Jato mientras que los dos siguientes podrían alinearse con la corriente que pretende dar un giro en la interpretación de la Constitución y están a favor de anular el entendimiento de 2016. Los medios brasileros no saben en qué dirección votará Días Toffoli.
El expresidente Lula, preso desde abril de 2018, por su parte, busca la anulación de su causa por la parcialidad del entonces juez Sérgio Moro, hoy ministro de Justicia del presidente Jair Bolsonaro, quien habría montado una operación en conjunto con el procurador de la causa, Deltan Dallagnolen contra del líder del Partido de los Trabajadores y que fue revelada por el sitio The Intercept, del periodista Glenn Greenwald.
Los jueces que votaron contra la “doctrina Lava Jato” fueron amenazados por Twitter por el ex jefe del Ejército y hoy asesor especial de Bolsonaro, general retirado Eduardo Villas Boas, quien alertó sobre “las consecuencias de la impunidad”. Lo mismo hicieron agrupaciones bolsonaristas de empresarios camioneros por las redes sociales a raíz de una posible liberación de Lula mediante este fallo.