A la blonda Ursula Gertrud Albrecht von der Leyen le dicen «Rosie», y se la conoce como una política y médica alemana aunque nació hace 66 años en la ciudad en Ixelles, en el corazón de Bélgica. Desde diciembre de 2019 es la presidenta de la Comisión Europea, funcionaria que encabeza la institución que ostenta el poder ejecutivo de la Unión Europea. Desde sus inicios en política, ya en Alemania, estuvo muy cerca de Angela Merkel. Su familia tiene profundo arraigo en el Partido Popular Europeo.

Fue la artífice del acuerdo entre el Mercosur y la UE. El capítulo comercial del entendimiento depende de sucesivas aprobaciones. Por empezar, del Consejo Europeo, aunque con una mayoría calificada del 55% de los 15 estados miembros que lograron representación, que abarcan a las dos terceras partes de la población del continente. Probablemente sea Francia el país que opondrá más resistencia, aunque también lo encontrará seguramente en Austria, Polonia, los Países Bajos, Italia, y otros.

¿En qué consiste el llamado «hito histórico»? Las negociaciones comenzaron en el 2000, con marcados desniveles. Por caso, en mayo de 2016 relanzaron el proceso, con sucesivos rondas y reuniones y con intercambio de nuevas ofertas de acceso a los mercados. El 28 de junio de 2019 se alcanzó un acuerdo político y comercial «ambicioso, equilibrado y completo que abarca cuestiones como: tarifas; reglas de origen; obstáculos técnicos al comercio; medidas sanitarias y fitosanitarias; servicios; compras gubernamentales; propiedad intelectual; desarrollo sostenible, y; pequeñas y medianas empresas». Las resistencias en varios países de Europa y el advenimiento del Covid 19 evitaron que se pusiera en práctica.

Más allá del entendimiento, el comercio entre ambos bloques fue de cerca de U$S 110 mil millones en el 2023. La UE es destino del 14% de las exportaciones del Mercosur; en sentido contrario, el 20% de las del bloque sudamericano provienen del otro lado del Atlántico.

Entre los considerandos del acuerdo se destaca que debería tender a aumentar el comercio y las inversiones, ya que se elimina o al menos reduce fuertemente los aranceles por las dos partes y aumenta las cuotas de exportaciones. A la vez deberá reforzar las normas de propiedad intelectual comunes y también los estándares de seguridad sanitaria y fitosanitaria. De igual modo, la protección de las denominaciones de origen. Contiene ítems de políticas de desarrollo sostenible, derechos laborales y un apartado muy especial sobre protección medioambiental. Concretamente, contempla  la eliminación de aranceles para el 91% de las exportaciones del Mercosur hacia la Unión Europea (excluido un 9% de productos sensibles) contra la eliminación de aranceles para el 92% de las importaciones de la UE hacia el Mercosur más el acceso preferencial para otro 7,5% (cuotas y otras modalidades) .

Hay temas muy puntuales. Entre otros la pesca argentina tendrá una liberalización arancelaria total en cero a siete años (hoy paga 8% a 15%), igual que cítricos, tabaco, derivados de la carne, También entre cero y diez años, en frutas secas y disecadas; alimento para animales; verduras; confituras. Por su parte, vinos y espumantes embotellados tendrán ocho años de gracia. La harina de soja y poroto de soja, aceites para uso industrial (soja, girasol, maíz); despojos comestibles de especie bovina, porcina, ovina; algunos productos de la pesca, como merluza; otros productos de origen animal (menudencias, grasas, semen bovino); manzanas, peras, duraznos, cerezas, ciruelas; legumbres; frutos secos, pasas de uvas; uvas de mesa; maní; infusiones; especias; bebidas con y sin alcohol y mariscos, entre otros, tendrán arancel 0 penas esté vigente el acuerdo. De lo que llegará desde la UE, una vez vigente el acuerdo: los químicos (con arancel de 5%) tendrán una liberalización de cuatro años; maquinaria (ocho); equipamiento y aparatos médicos y óptica (cero a cinco) y autopartes (siete a diez).«