Ankara, Turquía
Mientras el presidente Recep Tayyip Erdogan se preparaba para su encuentro cumbre con su par ruso Vladimir Putin en Moscú, en Ankara su ministro de Justicia advertía a Estados Unidos que no sacrifique las relaciones bilaterales por el «terrorista» Fethullah Gülen, que según Ankara instigó el fallido golpe de Estado del 15 de julio.
«Si Gülen no es extraditado, Estados Unidos sacrificará las relaciones [bilaterales] por culpa de este terrorista», declaró el ministro Bekir Bozdag a la agencia de noticias progubernamental Anadolu.
Añadió que la aversión de los turcos por Estados Unidos ha llegado a un punto crítico a raíz de este desacuerdo entre los dos aliados de la OTAN.
«La parte estadounidense es la que debe impedir que este sentimiento se transforme en odio», dijo el ministro.
El golpe fallido ha envenenado las relaciones turco-estadounidenses. Ankara acusa al predicador Fethullah Gülen, exiliado en Estados Unidos desde 1999, de ser el instigador. El imán lo niega.
Hace unos días, un ministro turco llegó a afirmar que «Estados Unidos está detrás del intento de golpe» y un ex jefe del Estado Mayor acusó a la CIA de estar implicada en él.
El presidente Recep Tayyip Erdogan acusa a Washington de «alimentar» y «proteger» a Gülen, y asegura que un rechazo al pedido de extradición tendría consecuencias en las relaciones bilaterales.
El ministro de Justicia turco afirmó, no obstante, que «las autoridades estadounidenses examinan seriamente nuestra solicitud de extradición».
También dijo que «Gülen ha perdido su estatus de títere, ya no es utilizable por Estados Unidos ni por ningún otro país».