Donald Trump se proclamó hoy libre de «grilletes» y lanzó una ola de ataques desde Twitter contra líderes del partido que espera llevar a la Casa Blanca, en una peligrosa estrategia que busca frenar una sangría de apoyos pero que amenaza con sumir a los republicanos en el caos total a un mes de los comicios.
El magnate inmobiliario cargó las tintas sobre el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, luego de que el líder del Congreso, el republicano de mayor jerarquía institucional del país, le retiró su respaldo durante una conversación telefónica con varios congresistas republicanos.
La agresiva serie de tuits pareció destinada a poner coto a una gran deserción de legisladores del partido que han dicho que no votarán por Trump y hasta urgido a que baje su candidatura desde la difusión de un video en el que hace comentarios lascivos sobre las mujeres, la semana pasada.
Los republicanos desleales «son mucho más difíciles» que la aspirante presidencial demócrata, Hillary Clinton, dijo el candidato republicano en uno de sus mensajes.
«Se te vienen de todo lados. No saben cómo ganar…yo les enseñaré», agregó.
La figura de Trump, con sus polémicos comentarios sobre los mexicanos, las mujeres y los discapacitados, ya había dividido al partido y puesto a su cúpula en la disyuntiva de distanciarse de un dirigente que se comporta como un elefante en un bazar pero que por otro lado tiene un gran apoyo entre las bases.
Cuando la mayor parte de la formación, incluyendo a un renuente Ryan, ya parecía haber logrado sanar las heridas y cerrar filas detrás del controvertido aspirante, el video con sus explosivas declaraciones sobre las mujeres, aunque data de 2005, tiró todo el trabajo por la borda.
La gran mayoría de la treintena de senadores, representantes y gobernadores que se abrieron de Trump buscan su reelección el 8 de noviembre, cuando, además de elegir presidente, los estadounidenses renovarán el Congreso y el gobierno de varios de los 50 estados.
Según dirigentes que participaron de la teleconferencia de ayer, Ryan dijo a otros congresistas republicanos que ya no apoyará a Trump y que concentrará sus esfuerzos en que Clinton no obtenga un «cheque en blanco» con un Congreso dominado por los demócratas.
El líder republicano recibió tanto apoyo como críticas de los miembros de la Cámara de Representantes, en un reflejo de la desunión y el descarrilamiento de la estrategia electoral de la agrupación conservadora a menos de un mes de las elecciones.
En un fuerte ataque a Ryan lleno de rencor, Trump afirmó hoy que los congresistas republicanos «se volvieron locos» ante la deslealtad del «débil e incompetente» líder.
«¡Es difícil que te vaya bien cuando Paul Ryan y otros te dan cero apoyo!», tuiteó también el candidato, y agregó, pese a no ser cierto, que no hubo encuesta que no lo diera como ganador del debate que mantuvo con Clinton el domingo pasado, el segundo de tres previstos antes de las elecciones.
Luego cambió de tono y se mostró confiado en sus opciones incluso sin el respaldo de su partido.
«Está muy bien que me hayan quitado los grilletes. Ahora puedo luchar por Estados Unidos de la manera que yo quiera», se congratuló el candidato republicano en otro tuit, informó la agencia de noticias EFE.
Trump también atacó al «grosero» senador John McCain, uno de los conservadores de mayor perfil que le han retirado el apoyo después de divulgarse el video.
Ryan respondió a los golpes de Trump instándolo a invertir más tiempo en derrotar a los demócratas y menos en combatir a los correligionarios republicanos.
«Paul Ryan se concentrará este mes en derrotar a los demócratas, y todos los republicanos que compitan por un cargo probablemente deberían hacer lo mismo», dijo el vocero del congresista, Brendan Buck.
El entorno de Trump ha defendido que su campaña puede sostenerse aún sin la ayuda de Ryan y de otros grandes nombres del partido, porque Trump siempre ha estado impulsado por un movimiento de votantes de base, y no desde Washington.
Pero su rival demócrata, Hillary Clinton, ha ampliado su ventaja en las encuestas desde que se divulgó el video con los comentarios soeces de Trump, y ahora le saca 6,5 puntos al magnate a nivel nacional, según la media de encuestas que elabora la web Real Clear Politics.
El fin de semana, Ryan tenía previsto hacer su primera aparición pública con Trump en un acto en su estado de Wisconsin, en apoyo a su reelección como representante, pero la suspendió después de que se conociera el video, en el que el magnate alardea de poder besar y manosear a las mujeres porque es poderoso.
En contraste con la creciente soledad relativa de Trump y el caos republicano, una impresionante figura de demócratas, incluyendo el presidente Barack Obama, saldrá a la cancha esta semana para hacer campaña por Clinton en algunos de los estados más decisivos para ganar la Casa Blanca.
Hoy, el vocero de la Casa Blanca dijo que Obama halló «repugnante» el video con los comentarios de Trump sobre las mujeres, que fue hecho público por el diario The Washington Post.
El portavoz Josh Earnest dijo que gente de todo el espectro ideológico ha coincidido en que lo que Trump dice en la grabación «constituye asalto sexual» y que por eso tantas personas han condenado los comentarios.
Earnest dijo que no se sorprende del descalabro en un Partido Republicano que, en su opinión, se pasó más de siete años priorizando una oposición caprichosa a cualquier medida de Obama por sobre los auténticos principios conservadores. «Uno cosecha lo que siembra», dijo.