Con el respaldo mayoritario de su partido frente al juicio político aprobado por la Cámara de Diputados, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, comenzó este fin de semana sus vacaciones navideñas en Florida. Antes de irse, destacó la buena situación económica de Estados Unidos y una serie de avances, como la licencia parental a funcionarios, cómodo con el respaldo de los senadores republicanos cuyas declaraciones adelantan que el impeachment decretado el miércoles por los representantes con mayoría demócrata quedará disuelto y olvidado.
«La economía está excelente; fuerte alza de la Bolsa hoy», tuiteó el presidente unas horas antes de abandonar Washington.
A menos de 11 meses de la próxima elección presidencial, el magnate de 73 años parece determinado a capitalizar los buenos resultados económicos de su gestión. El crecimiento de la economía fue confirmado este viernes en 2,1% en el tercer trimestre, un ritmo sostenido impulsado por el consumo privado.
Pero estas dos semanas bajo el sol de Florida en lo que Trump llama su «Casa Blanca de invierno» serán probablemente insuficientes para relativizar el hecho de que se ha convertido en el tercer presidente de la historia de Estados Unidos en ser objeto de un juicio político.
El procedimiento aún no concluye, aunque la fecha y la forma del juicio que busca su destitución se desconocen, aunque el hecho de que sea conducido por el Senado, donde los republicanos son mayoritarios, le asegura al presidente, en principio, una absolución. Para destituirlo se requieren al menos 67 votos, mientras que los senadores republicanos detentan 53 de las 100 bancas.
«Anoche fui llevado a un juicio político sin ningún voto republicano» en contra, celebró Trump, para quien el proceso puede movilizar a sus bases y darle una ventaja electoral.
El presidente fue acusado de abusar de funciones por pedir a Ucrania investigar a su posible rival electoral en 2020, el exvicepresidente Joe Biden, y de bloquear los esfuerzos de los legisladores para investigar sus acciones.
Trump atacó a los demócratas y saludó a uno de los dos únicos que votaron en contra de la acusación, Jeff Van Drew, quien anunció que se marchará al partido Republicano. «No siento que me acusen, porque se trata de un engaño, una trampa, es algo horrible que hicieron», dijo Trump.
Sus legisladores en el Senado opinan en la misma dirección. El viernes el New York Times publicó las declaraciones de casi todo el bloque republicano, y todos coinciden en los términos “engaño” y “trampa”. Incluso los demócratas, que no opinaron sobre la supuesta responsabilidad del presidente, suavizaron los términos de sus declaraciones prometiendo un “juicio justo” e “imparcial”.
Por otro lado y a tono con su accionar intempestivo, el viernes a minutos de iniciar su descanso, Trump abrió un nuevo frente con Rusia y la Unión Europea, al aplicar sanciones contra las compañías que construyen un gasoducto entre Rusia y Alemania, que según el Congreso podría dar al Kremlin una influencia peligrosa sobre los aliados europeos. Se trata del Nord Stream 2 en el Mar Báltico, que aviva las disputas por el control de la energía. Una decisión que contrasta con el apoyo que manifestó Putin contra el juicio político promovido por los demócratas. «