Washington, Estados Unidos
Donald Trump anunció que el neurocirujano retirado Ben Carson será su secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, al retomar este lunes las consultas para designar a los integrantes de su gabinete, siendo la del Departamento de Estado la nomincación más esperada.
Carson, un negro conservador profundamente religioso que bregó por la candidatura republicana en las primarias, no tiene experiencia en políticas de vivienda, pero ha citado su crianza en un barrio pobre de Detroit como credencial para el puesto.
Primer afro-estadounidense designado para integrar el gobierno de Trump, que asume el 20 de enero, Carson «tiene una mente brillante y está apasionado con (la perspectiva de) fortalecer comunidades y familias», dijo el presidente electo.
«Hemos hablado largo y tendido sobre mi agenda de renovación urbana y nuestro mensaje de resurgimiento económico, que incluye ampliamente a las zonas urbanas más pobres» agregó Trump.
El antiguo neurocirujano había dado recientemente indicios de que estaba posicionado para trabajar en la reversión la situación de las zonas urbanas carenciadas.
«Siento que puedo hacer una contribución significativa particularmente fortaleciendo comunidades que tienen grandes necesidades», dijo Carson.
«Tenemos mucho trabajo que hacer para mejorar cada aspecto de nuestra nación y asegurar que las necesidades de vivienda del país sean alcanzadas», agregó.
«Crecí en una zona marginal», dijo Carson a Fox News el mes pasado. «Y he pasado mucho tiempo allí. Y he tratado a muchos pacientes de esa zona».
Serenidad
Carson lideró brevemente la primaria republicana, ofreciendo a los votantes una imagen serena y de hablar pausado, en contraste con la liza vociferante que se desarrollaba a su alrededor.
Su candidatura, que inicialmente obtuvo apoyo entre los cristianos conservadores, a la postre fracasó ante la falta de propuestas y respuestas claras sobre asuntos clave.
El exneurocirujano, integrante de la Iglesia adventista del séptimo día, se había presentado como una alternativa al furibundo Trump, predicando tolerancia y compromiso.
Trump lo fustigó sin miramientos durante las primarias, acusando a Carson de tener un carácter «patológico».
No obstante, Carson se adhirió a la campaña del magnate tras abandonar la liza en marzo, describiendo a su exrival como «un hombre muy inteligente profundamente interesado por el país».
Llevó a Trump a una recorrida por los barrios marginales de Detroit en septiembre, en momentos en que el ahora presidente electo buscaba impulsar su imagen entre los votantes de la comunidad negra.
Y salió en defensa de Trump tras la divulgación de una cinta de 2005 en la que se ufana de toquetear a las mujeres.
Sueño americano
La historia de Carson, de 65 años, es el arquetipo del sueño americano: nació pobre, fue criado por una madre iletrada que se casó a los 13 años y que fue abandonada por su esposo.
Fue un estudiante ejemplar, ganó una beca en la Universidad de Yale y asistió a la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan.
A los 33 años, se convirtió en director de Neurocirugía Pediátrica de la Universidad Johns Hopkins, logrando la aclamación mundial en 1987 a realizar la primera operación exitosa de separación de siameses unidos por la cabeza.
Se retiró en 2013 para ingresar a los círculos conservadores, pregonando cómo la fe y los valores de la familia lo habían ayudado a salir de su deriva adolescente para realizar su sueño.
Siempre promueve el regreso a la responsabilidad individual, un valor que lo llevó a denunciar el estado de bienestar, el que advierte solo atrapa a la gente en la pobreza.
«Si continuamente mantenemos a las personas en una posición de dependencia», dijo a los conservadores en 2013, «entonces pronto perderán el empuje necesario para obtener logros en nuestra sociedad».