El establishment político-económico brasileño avanza con la proscripción de la candidatura de Luiz Inácio Lula da Silva a la presidencia de la República Federativa de Brasil. En la madrugada de ayer, el TSE (Tribunal Superior Electoral) de ese país analizó las 16 impugnaciones sobre la postulación y decidió excluir el nombre del exmandatario en la fórmula de la alianza «Brasil Feliz de Nuevo», integrada por el PT (Partido dos Trabalhadores), el PCdB (Partido Comunista do Brasil) y el PROS (Partido Republicano del Orden Social).
Si bien el TSE tenía hasta el 15 de septiembre para tomar la decisión, la Rede Globo desató una operación para que Lula sea excluido de la publicidad oficial de campaña que comenzó ayer. Así, el Tribunal se reunió en pleno y tras una maratónica sesión decidió excluirlo de los medios gráficos y audiovisuales. Más allá que el fallo fue dividido, 6 a 1, todos los miembros coincidieron en la vigencia de la Ley de Ficha Limpia y que el exmandatario por norma interna no puede ser elegido. No obstante, sólo el ministro Edson Fachin consideró que se debía aceptar el pedido del Comité de Derechos Humanos de la ONU que instó a aceptar la candidatura, en tanto Brasil firmó el Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civil y Políticos y el Congreso Nacional de ese país lo aprobó.
El TSE dejó en claro que la aplicación de la Ficha Limpia no implica pronunciamiento sobre la situación penal de Lula, sino el cumplimiento del criterio de excluir a quien tenga juzgamiento en segunda instancia por un tribunal colegiado. En ese sentido, tal como lo anunció el PT, la defensa del exmandatario apelará la medida, tanto al mismo TSE como al STF (Supremo Tribunal Federal), en tanto este debe decidir durante septiembre sobre la condena a prisión por corrupción de 12 años que está cumpliendo el líder petista en forma preventiva.
Exultante, la senadora y presidenta del PT Glesi Hoffman por megáfono se dirigía a los militantes de la alianza diciendo «Frente a la violencia del TSE contra Lula y al pueblo que quiere elegirlo, el PT luchará por su candidatura. Vamos a presentar todos los recursos para garantizar sus derechos previstos en la Ley y en los Tratados Internacionales aceptados por Brasil. ¡Defenderemos a Lula en las calles, con el pueblo brasileño!». Ante la consulta de Tiempo Argentino, Glesi Hoffman sostuvo «que es una violencia institucional del TSE hacia Lula porque no tuvo el mismo trato que los otros candidatos, no fueron respetados los plazos ni los procedimientos». Se refería a que la defensa del ex mandatario había presentado 200 fojas en ese sentido al cumplirse el plazo legal, el jueves por la noche, ya que la decisión del tribunal se anunciaba para más adelante. A su vez, sobre la misma decisión del TSE, Hoffman afirmó «lo más grave es que desconocieron la determinación del Comité de DD HH de la ONU de asegurar los derechos de Lula a ser candidato».
No obstante el optimismo petista, lo cierto es que a 35 días de la primera vuelta electoral el que asume la campaña electoral es su compañero de fórmula, el candidato a vicepresidente Fernando Haddad, quien será secundado por la comunista Manuela D’Avila, por lo que se activa el plan B del PT. Es más, la representación del partido solicitó al STE que ya habilite a Haddad a reemplazar a Lula en los tiempos de publicidad televisiva y radial, algo que tomaron como razonable. Sin embargo, el partido continúa emitiendo videos con Lula como protagonista.
De hecho, ya hay encuestas que ponderan escenarios con la participación de Fernando Haddad como candidato. Si bien su nominación no supera los cuatro puntos, el ser relevo de Lula lo estaría catapultando a más del 25%, colocándolo en la segunda vuelta al no producirse una gran dispersión del caudal electoral lulista hacia las candidaturas de Ciro Gomes del PDT (Partido Democrático Laborista) o Marina Silva de Rede, como apuesta el establishment.
Encima, para dolor de cabeza de la derecha, la candidatura de Jair Bolsonaro sigue instalada con posibilidades de ir al balotaje, en tanto que el candidato oficialista Henrique Meirelles del PMDB (Partido del Movimiento Democrático Brasileño) y el preferido por el poder, Geraldo Alckmin del PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña) no logran superar el dígito de preferencias. Por eso, existen presiones al TSE para que también proceda a la inhabilitación del ultraderechista Bolsonaro por sus afirmaciones racistas, para evitar que el segundo turno sea con el petista, y así instalar a Alckmin en una decisiva confrontación con Haddad. «