Bogotá es una de las cuatro ciudades de su tamaño en todo el mundo que sigue sin tener un subterráneo. El legislador recuerda que en 1999, a pesar de contar con la financiación del gobierno nacional, el alcalde Enrique Peñalosa desestimó hacer el subte y lo reemplazó por el Trasmilenio, la que constituye la peor decisión técnica de la historia de Bogotá, porque le provocará un grave daño por décadas o para siempre a la movilidad de la ciudad. Acota Robledo: En otro país, la decisión de cambiar un metro por buses y dejar la primera línea del metro sin su ruta natural habría tumbado al alcalde. Pero a Peñalosa lo elevaron a la categoría de genio ( ). Peñalosa les dio un gran impulso a la Colombia de los monopolios y las privatizaciones, pues con el Trasmilenio se cambiaron miles de propietarios de buses por 16 familias, a las que les montaron un negocio subsidiado que mueve 4,3 billones de pesos al año y da utilidades altísimas, al tiempo que los pasajeros van como sardinas en lata y pagan uno de los pasajes más caros de América Latina.