La conservador Theresa May se convirtió en la segunda mujer en asumir como primera ministra de Gran Bretaña, y en su primer discurso en el cargo prometió trabajar por el bienestar y la unión de todos sus compatriotas y construir una «mejor Gran Bretaña» con un rol «más constructivo» fuera de la Unión Europea (UE).
En un breve discurso frente a la sede de gobierno, apenas minutos después de ser nombrada por la reina Isabel II como la nueva primera ministra en el Palacio de Buckingham, May reivindicó el legado de su antecesor y correligionario, David Cameron, a quien calificó como «un primer ministro moderno».
Celebró su «estabilización de la economía» y su lucha por una mayor «justicia social», pero acto seguido enumeró los problemas sociales y económicos que aquejan al país y la discriminación y padecimientos que sufren los pobres, las minorías raciales y las mujeres, según reprodujo la cadena de noticias BBC.
«Vamos a tratar de ayudar a todos, no importa de dónde vengan y sus antecedentes», sentenció la nueva premier, que destacó las diferencias económicas y raciales que aún marcan el ritmo social de Reino Unido, una de las principales potencias de Europa y del mundo entero.