«Madre Teresa, a lo largo de toda su existencia, ha sido generosa dispensadora de la misericordia divina, poniéndose a disposición de todos por medio de la acogida y la defensa de la vida humana», destacó el papa Francisco durante la ceremonia de canonización de la religiosa nacida como Agnes Gonxha Bojaxhiu el 26 de agosto de 1910, en Skopje, la actual Macedonia.
Así fue como el Santo Padre habló ante más de 120 mil fieles de todo el mundo que se congregaron en el Vaticano para la ceremonia. Allí, Francisco destacó, además, su «misión en las periferias de las ciudades» y pidió que la religiosa Premio Nobel de la Paz 1979 «sea modelo de santidad».
El Pontífice realzó esa defensa «tanto de la no nacida como de la abandonada y la descartada», al tiempo que aseguró que la ahora Santa que falleció el 5 de septiembre de 1997 en Calcuta, India, «se ha comprometido en la defensa de la vida proclamando incesantemente que el no nacido es el más débil, el más pequeño, el más pobre».
Tras ser beatificada por Juan Pablo II en 2003, el año pasado el Vaticano aprobó el milagro atribuido a la nueva santa por la curación en 2008 de los abscesos cerebrales del brasileño Marcilio Haddad Andrino, quien estuvo presente en la ceremonia de este domingo.
«Declaramos y definimos Santa a la beata Teresa de Calcuta y la inscribimos en el árbol de los santos, estableciendo que en toda la Iglesia sea devotamente honrada entre los santos, leyó el Pontífice a las 10.41 de Roma (5.41 de Argentina) para convertirla en la Primera Santa de la historia ganadora del Nobel de la Paz.